Diana Martín: "Pensé que no volvería, pero he subido al tren"

Diana Martín (Móstoles, 1981), olímpica en 2016 en 3.000 obstáculos, fue madre en 2017 y reconoce “que ha costado volver”. “Hubo momentos en los que pensé que no regresaría, me costó muchísimo. Pero ahora voy metiendo kilómetros, cada semana voy un poquito más rápido y me estoy encontrando muy bien”, relata la mostoleña, que en la Media Maratón de Valencia hizo 1h 13:19. La medallista europea en 2014 había regresado a la élite a los 37 años: “Quiero disfrutar este momento”.

“Llevo una vida caótica, pero dentro de un orden. Me entreno, cuido a la peque, estoy trabajando en un proyecto de administración y finanzas y llevo un grupo de running. El día a día es un no parar”, relata la hiperactiva Martín, con tres carreras universitarias, que reconoce que no puede dedicarse en cuerpo y alma a los entrenamientos: “No descanso como antes, pero las cosas van saliendo. Adapto los entrenamientos y mentalmente lo voy asimilando. Eso sí, cuando acabo mi sesión por la mañana no vuelvo a pensar en atletismo hasta el día siguiente”.

A Diana le entrena su marido, José Manuel Abascal, y tiene claro que quiere “preparar la ruta y las largas distancias sin hacer tanto volumen como otras atletas”: “A lo mejor es una locura, no lo sé, de momento la media va bien, pero sé que la maratón es otra historia”. Diana se movió en tiempos similares en la Behobia-San Sebastián, aunque como viene de distancias inferiores, admite que todavía no tiene el control sobre el largo aliento: “Iba conservadora, soy novata e inexperta y voy con respeto por si me da un bajón en carrera. Ya me he dado cuenta de que a 3:30-3:25 cada 1.000 voy bastante bien”. 

Diana ya piensa en el salto a la maratón “antes de la primavera de 2019” y se muere por volver a un cross. “Es mi debilidad, llevo casi tres años sin hacer uno”.

Diana Martín, una de las mejores fondistas nacionales, ha regresado, pero no lo veía tan claro: “Estuve más de un año y medio para volver. Con muchísimos dolores, tuve que sufrir bastante para ponerme en forma de nuevo. Llegué a pensar que no merecía la pena tanto sufrimiento, por suerte, me he vuelto a enganchar y no me quiero bajar del tren”. Un expreso que mira a la maratón de Tokio 2020: “Lo mismo me estrello, pero yo lo voy a intentar”.