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BOXEO

Kubrick, el exitoso cineasta que empezó cautivado por el boxeo

Una exposición recuerda en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona su vida y obra. Su primera película, titulada el 'Día de la lucha', trata sobre un boxeador.

La filmografía de Kubrick.

Desde este octubre y hasta marzo, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) cualquiera puede pasar un rato de miedo conociendo los entresijos de El Resplandor, escuchando una de las broncas del sargento de infantería Hartman en la Chaqueta Metálica o perdiéndose en los ojos abiertos y descorazonadores de Álex DeLarge cuando le obligan a ver las escenas más violentas para amansarlo en La Naranja Mecánica. El universo Kubrick (1928-1999), uno de los cineastas más influyentes del Siglo XX, al descubierto en una exposición itinerante sobre su vida y filmografía.

El paseo da para averiguar algunos capítulos menos conocidos de la vida del neoyorquino que lo vinculan con el deporte. Su primer documental, publicado en 1951 por RKO, se tituló Day of the fight (El día de la lucha) y trata sobre un combate de boxeo de Walter Cartier, irlandés con poca gloria, y Bobby James. Años antes, Kubrick había conocido a Cartier gracias a un reportaje fotográfico para la revista Look. El director empezó en el arte con una cámara de fotos en la mano y cautivado por el boxeo.

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La película se basa en cómo Cartier prepara el combate: su desayuno, comida, entrenamiento previo, llegada a los vestuarios y pelea, cuyos planos los grabó el propio Kubrick situándose detrás del ring. Se gastó 3.900 dólares en producir la película mientras que la productora le pagó 4.000, por lo que tuvo un escueto beneficio de 100 dólares. Esta producción marcó el cambió en la vida de Kubrick, que dejó atrás su época de fotógrafo y empezó la de cineasta. Su primera película data de 1953.

En la exposición también se destaca la tendencia que tenía el estadounidense por la violencia y todas sus consecuencias físicas y psicológicas, por eso el boxeo fue uno de sus primeros trabajos tanto de fotógrafo como de director, en una Nueva York de los 40 y 50 en el que este deporte era muy popular. Y, años después, se ha ido tejiendo en sus películas, muchas de ellas rompedoras y avanzadas a su tiempo.