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UFC

McGregor reventó el careo: llegó 25 minutos tarde y Khabib se fue

El ruso se mostró muy enfadado. Inició la conferencia a la hora prevista y tras contestar a preguntas durante 15 minutos abandonó el pabellón.

Actualizado a
Crónica de la rueda de prensa final entre Khabib y McGregor.
AFP

Conor McGregor es uno de los mejores en la lucha mental previa a los combates y en Las Vegas lo volvió a ratificar. El irlandés había intentado desquiciar a Khabib en su primera rueda de prensa. Lo consiguió a medias... pero en la conferencia final lo logró. Llegó 25 minutos tarde, algo que encendió al campeón. "Tengo una agenda, soy puntual. No es mi culpa que otros no lo sean", espetó muy enfadado el ruso. La conferencia estaba fijada a las 15:00 (hora local) y a esa hora Khabib se sentó. "No le voy a esperar. Contestaré a las preguntas y si cuando termine no ha venido, me iré", añadió. Cumplió su palabra, ya que tras 15 minutos de rueda de prensa se levantó y se fue entre abucheos del público.

Esa fue la tónica, y es que los fans querían ver un careo (su primer encuentro fue a puerta cerrada). Las respuestas del campeón fueron acompañadas entre abucheos, lo que no impidió que Khabib dijese todo lo que quería. "Me duele que Dana White diga que McGregor entra con cinturones. Esos títulos son de Holloway y Khabib", apuntó. El ruso tenía para todos y no se cortó. Tampoco a la hora de reconocer que la pelea del UFC va mucho más allá del título. "Es la pelea más importante de la historia de la UFC, pero para mí esto es personal. Gane o pierda no le daré la mano". Su enemistad es real.

Lo ratificó McGregor, que llegó 10 minutos después de que el campeón se fuese. El público rugió. El irlandés apareció sin cinturones (aunque más tarde aparecieron sobre la mesa), pero con una botella de su marca de whisky, que regaló a Dana White. Todos le estaban esperando y lo aprovechó para ganarse a los fans. "Yo estoy aquí, otros no quieren estar con la gente. Sé quien es el rey y el sábado lo demostraré", comenzó. The Notorious habló de sus motivos para estar en el octágono el sábado: "el público, la adenalina..." y también de lo que ganará por esta pelea.

"Alrededor de 50 millones", aseguró para despejar uno de los secretos más esperados. Tuvo tiempo también para dejar un órdago que encandiló aun más al público. "Destrozaré a Khabib y me gustaría ser después el combate estelar del UFC 230 (3 de noviembre, en Nueva York y aun no hay pelea principal)". McGregor controla los tiempos y en la conferencia de prensa se adelantó en la guerra mental. El pesaje, este viernes, segunda parada.