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ATLETISMO | MUNDIALES DOHA 2019

Barshim: "Ya no persigo récords, quiero saltar otra vez... en Doha"

Mutaz Essa Barshim, campeón mundial de salto de altura, atendió a As con motivo de los Mundiales de Doha 2019 para los que queda un año. Se recupera de una lesión.

DohaActualizado a
Barshim: "Ya no persigo récords, quiero saltar otra vez... en Doha"
Instagram: Mutaz Essa Barshim

“Ahora la pregunta no es si haré el récord del mundo, es si volveré a saltar”, cuenta sin perder la sonrisa Mutaz Essa Barshim, el saltador qatarí que voló a 2,40 en altura este 2018 en Hungría y cuando hizo el intento sobre 2,46, el récord del mundo, sonó ¡crack! Se partió el tobillo. “Tras ese concurso no sabía si estar enfadado o feliz, la sensación era muy rara. Había hecho mi mejor marca de la temporada y sabía que podía hacer récord, pero por otro lado…”, sigue Barshim, deseoso de poder estar en los Mundiales de Doha, su ciudad, que son del 27 de septiembre al 6 de octubre de 2019 en el Khalifa Stadium, un impresionante recinto con aire acondicionado incorporado. “Una cita crucial para nuestro deporte”.

Barshim, de 27 años, se ha instalado en Múnich (Alemania), donde se recupera de la operación en la que le pusieron un clavo en su tobillo volador, ese que le hace desafiar los límites de la gravedad (‘What’s the gravity’, es su lema). “El tobillo está fastidiado, pero ahora toca empezar desde cero, porque será una recuperación dura. Pero yo soy consciente de que esto de las lesiones forma parte también de la vida del deportista e intento canalizarlo y ser positivo”, relata Mutaz, nacido en Sudán y uno de los productos más fructíferos de la Academia Aspire de Qatar.

A Barshim no sería posible entenderle sin su entrenador, el polaco Stanislaw Szczyrba, que ha sido su mentor toda la carrera. “Yo al principio era el peor en todo, el último de todos los test, pero fui consiguiendo cosas a base de trabajo, aunque al principio jugaba a baloncesto por mi altura. Szczyrba es como un padre para mí, aunque me hace trabajar duro”, relata Barshim, que a los 17 años se dio cuenta de que sería bueno y ahora es un saltador mágico a nivel estético: “Se trata de tener una conexión total entre tu esqueleto y el resto de tu cuerpo. Tener el control”. Así desentraña la gravedad este atleta que considera el deporte: “Paz y amor”.

Samba y Barshim, dos iconos del atletismo en Qatar.
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Samba y Barshim, dos iconos del atletismo en Qatar.KARIM JAAFARAFP

Ahora en su tiempo en Europa, compatibiliza su rehabilitación con conferencias en Suiza, visitas a Polonia para ver al entrenador. “Nos pasamos hablando horas y horas”, sigue Barshim que es amigo muy cercano del italiano Tamberi, otro que sufrió una grave lesión de tobillo: “Anoche mismo hablé con él y no dijimos nada de lesiones. Pero sí, me contó su experiencia y ver que pudo volver me motiva”.

Y pese a la lesión, vuelve la pregunta por el récord del mundo. “Aquel primer intento de 2,46, antes de la lesión fue el mejor”, asegura Mutaz, que en 2017 fue nombrado mejor atleta del año por la Federación Internacional (IAAF) tras su título mundial y la Diamond League. Pero el récord de Sotomayor se sigue perpetuando. “Si no lo bato en mi carrera, también seré feliz. Sólo puede ser de una persona. Sólo una persona lo habría hecho”.

Mientras piensa todas esas cosas, a Barshim se le pone cara sonriente cuando piensa en los Mundiales de Doha. “Sería algo muy importante para mí y me encantaría estar. Lo bueno es que al ser a finales de septiembre tendré mas tiempo para prepararlos”, sigue Barshim, que no se siente presionado: “A mí dadme presión, es lo que más me gusta”. Con lesión o sin ella, este saltador con pinta de estrella de rock nunca pierde la sonrisa.