"La ciencia dice que el hombre bajará de 2 horas en maratón"
Varios expertos analizan para As el récord mundial de Kipchoge, cuáles han sido los factores clave en la mejora y vaticinan que en un futuro se romperá la barrera.
El alucinante récord mundial de maratón de Eliud Kipchoge en Berlín (2h 01:39), rebajando en 78 segundos el anterior (2h 02:57 de Kimetto en 2014), abre el debate sobre el límite del ser humano en 42.195 metros. “Fue una de las hazañas más increíbles de la historia, pero Kipchoge corrió solo durante casi la mitad de la prueba. Si tuviera rivales que le hubieran tapado el viento podría haber ido más rápido. Y la temperatura (14 grados a la salida) podría haber sido más baja”, cuenta para As el fisiólogo Andrew Jones, de la Universidad de Exeter y que participó en el proyecto Breaking 2, que Nike lanzó para bajar de dos horas en 2017.
De aquel experimento de Monza, en el que Kipchoge hizo 2h 00:25, pero sin validez para la IAAF (liebres permanentes y avituallamiento móviles), se sacaron novedades que Kipchoge aplicó en Berlín. Llevaba zapatillas modelo Vaporfly 4% Elite, con placa de fibra de carbono que da propulsión a la pisada neutra del keniano que marchó a 2:53 cada 1.000 metros. “Tiene unos ejes biomecánicos perfectos. Es lineal. No gasta energía, no hace un ángulo incorrecto”, cuenta Jerónimo Bravo, técnico español que guía al eritreo Zersenay y que participó en Breaking 2.
Bravo añade otra innovación en carrera: “Había avituallamientos cada 2,5 kilómetros en lugar de cada 5, está demostrado que si un atleta de maratón bebe cada cinco el riesgo de salud es grande, así que por qué no cambiarlo”.
Y está el factor liebres que, pese a que fallaran y Kipchoge quedara solo en el 25, tuvieron un papel importante en el ritmo: “Kipchoge pidió que hubiera una marca cada 200 metros que servía de referencia a las liebres, que iban en forma de flecha, cubriendo a Eliud, en lugar de en fila”. ¿Es importante ir tapado? “Por supuesto, el drafting es una gran mejora de ahorro de energía,”, cuenta Jordan Santos, fisiólogo de la Universidad del País Vasco, experto en atletismo: “Hay muchos factores, pero evidentemente el que corrió fue Kipchoge. El 90% del récord es suyo y el 10% del resto de mejoras”.
¿Por qué es único Kipchoge? “Fisiológicamente es diferente, un superdotado. Está claro que es un superclase. Muy bien dirigido por Patrick Sang, un entrenador africano, que no es de ir a universidades, pero lo sabe llevar”, dice Bravo. Otro factor diferencial es el mental, va Santos: “Más que a nivel fisiológico lo que le hace especial es su mentalidad, esa filosofía de vida, espartana, de desafiar los límites. Correr a 2:50 en Monza le hizo derribar una barrera psicológica y ganó confianza”.
“Apostaría que el récord aguantará años y de la generación actual ninguno bajará de las dos horas, aunque sí ha nacido ya el que lo hará”, piensa Santos, que cita un artículo de Michael Joyner que establece “el límite teórico humano”: “Se basaba en tres parámetros fisiológicos: economía de carrera, umbral de lactato y máximo de oxígeno. Con los mejores valores obtenidos en personas individuales se estimaba que el récord teórico posible estaba en torno a 1h 57. El problema es que todos esos parámetros coincidan en un mismo individuo”.
“La ciencia dice que el hombre bajará de las dos horas, así que yo creo en ello”, dice Bravo. “Cada vez nos estamos acercando más. Puede tardar 10 o 20 años, los atletas ahora lo ven posible”, asegura Jones. Kipchoge tiene la última palabra: “Ustedes no lo ven posible y yo sí”.