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Descubrir un nuevo football gracias a Alejandro Villanueva

Una serie de pistas que te ayudarán para que la experiencia de ver un partido de la NFL sea más satisfactoria y puedas vivir con más intensidad este deporte.

Madrid
BALTIMORE, MD - OCTOBER 01: Offensive tackle Alejandro Villanueva #78, center Maurkice Pouncey #53 and outside linebacker Anthony Chickillo #56 of the Pittsburgh Steelers wait to be introduced prior to a game against the Baltimore Ravens at M&T Bank Stadium on October 1, 2017 in Baltimore, Maryland.   Patrick McDermott/Getty Images/AFP
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Patrick McDermottAFP

Antes de empezar, si llevas mucho tiempo viendo football americano no sigas leyendo este artículo. No te hará falta ni probablemente te aporte nada.

La mayoría de la gente que llega a la NFL se aficiona viendo a los quarterbacks lanzar, a los running backs correr y a los receptores haciendo estiradas acrobáticas. Y es lo lógico. Seguir el balón es la reacción natural en cualquier deporte. Para ver algo más, para saber lo que está sucediendo de verdad, tenemos que esperar a las repeticiones. Y aun así, hasta después de bastante tiempo seguimos sin ver mucho más que un mogollón de gente en un tumulto de brazos y piernas… y a veces el balón.

En los últimos tiempos eso ha cambiado un poco. Sobre todo porque cada vez más gente llega a la NFL a través del juego Madden y tienen más interiorizado el juego, sus tácticas y sus esquemas. Eso les permite tener más perspectiva de lo habitual. Pese a todo, inevitablemente, el balón sigue siendo como un imán que atrapa nuestra vista y nos impide ir más allá para descubrir un mundo nuevo deslumbrante.

No seguir el balón

A lo largo de todos estos años he conocido a un puñado de gente con un conocimiento excepcional del football americano que en cada jugada eran capaces de ver muchas cosas más que la mayoría. Siempre me pareció que eran como seres superiores; x-men con el don de poder seguir a la vez los movimientos de veintidós jugadores sobre un emparrillado haciendo cosas diferentes, e importantes, en lugares completamente distintos.

Cuando les preguntaba cómo conseguían tener tanta perspectiva del juego siempre me decían lo mismo: “no sigas el balón”. “Por el movimiento de los jugadores puedes saber lo que sucede y descubrir quién lo hace bien y mal, y hasta el resultado final de cada jugada”. “Tienes que ir descubriendo dónde mirar en cada momento”.

Durante muchos años he hecho un esfuerzo titánico por ver el football como me decían esos sabios y me costaba horrores. Necesitaba volver a ver cada partido por segunda vez, e incluso dar marcha atrás un puñado de ocasiones para entender algo que los analistas televisivos veían a las primeras de cambio y marcaban con un rotulador amarillo en la retransmisión como quien no quiere la cosa. Y me frustraba una barbaridad.

No os miento si os digo que muchos domingos me he acostado con un terrible dolor de cabeza intentando simplemente vislumbrar en un partido cómo estaba siendo la batalla en la línea y que jugadores lo estaban haciendo bien o mal individualmente.

Estuve buscando desesperadamente que esa forma de ver NFL se convirtiera en natural. Que desaparecieran los dolores de cabeza y de ojos. Algunos tienen una facilidad natural para conseguirlo, la mayoría necesitamos años de entrenamiento solo para vislumbrarlo. Y en cuanto nos descuidamos, la vista vuela hacia el balón inevitablemente.

Fijarse en un detalle no reduce la perspectiva

En mi caso, la llegada de Alejandro Villanueva marcó un antes y un después en la forma de ver football americano. Con el español en la línea ofensiva de los Steelers no pude evitar fijarme constantemente en él. No me costaba ningún esfuerzo. Era lo que más me interesaba por encima del movimiento del balón. Y lo increíble fue que mirando solo a Villanueva, como antes miraba al quarterback, seguía teniendo una perspectiva muy completa de la jugada. Fue como si me quitaran un peso de encima. Desde entonces ya no intento enterarme de todo a la vez, ni vivo hipnotizado por el balón. He huido de los extremos. Simplemente fijo la atención en cada snap en el jugador que más me interesa porque sé que eso no va a reducir mi perspectiva general del partido. Y voy de un lado a otro del campo en función de las circunstancias. A partir de ahí la clave es elegir el detalle concreto en el que hay que fijarse cada vez. Cuanto más lo ejercitemos, mejor entenderemos lo que está ocurriendo y más lo encontraremos. Además, si es posible no veáis football solos. Hacedlo acompañados porque cuatro ojos ven más que dos.

Si lo pensáis, es un cambio de perspectiva radical. Lo natural es seguir cada jugada de fuera a dentro intentando seguir el balón y disfrutando del espectáculo. El siguiente paso es verla de dentro a fuera, intentando encontrar las claves de lo que está sucediendo.

Os recomiendo que hagáis ese mismo ejercicio. No os digo que os obliguéis en cada jugada, pero intentad prescindir del balón cada vez más y seguir los movimientos de los jugadores que en cada momento están luchando en la batalla decisiva del partido. A veces serán los tackles y los defensive ends; otras los guards y los linebackers; otras los safeties en las ayudas o en la anticipación; otras las rutas de los receptores y, por qué no, en infinidad de momentos lo mejor del partido será ver trabajar al quarterback. En tres horas largas que dura in duelo da tiempo para todo. Poco a poco iréis ganado soltura, esa forma de ver football se volverá natural, tendréis una perspectiva más completa de lo que sucede sobre el emparrillado y un universo nuevo se abrirá ante vuestros ojos.

Os aseguro que más pronto que tarde empezaréis a vislumbrar esas cosas que hasta ahora solo os parecían al alcance de un puñado de x-men.