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PIRAGÜISMO | MUNDIALES

Craviotto tiene sucesor: Garrote, campeón mundial

El zamorano de 27 años ganó en la distancia (K1 200) en la que ha triunfado el catalán, que le ‘quitó’ este año el puesto en el K4 500.

Actualizado a
Craviotto tiene sucesor: Garrote, campeón mundial
PAULO NOVAISEFE

España se va de los Mundiales de Montemor-o-Velho con cinco medallas (dos más que en Racice 2017) y con la confirmación de que en Tokio 2020 puede seguir soñando con ser el deporte más laureado. Tres de los podios llegaron en distancias que estarán en el programa en Japón: K1 200 (Carlos Garrote, oro), K4 500 (plata para Saúl Craviotto, Cristian Toro, Marcus Cooper y Rodrigo Germade) y K2 1.000 (Iñigo Peña y Paco Cubelos, plata). Y también se subió al cajón en K2 500 (Craviotto y Toro, plata) y el K4 1.000 (bronce de Cubelos, Peña, Pelayo Roza y Rubén Millán).

La gran explosión fue la de Carlos Garrote, de 27 años, una bala. Con paladas duras y potentes, el zamorano entró primero en el K1 200: señaló con el índice a la grada donde estaban sus paisanos, se puso en pie sobre la piragua y se dio un chapuzón liberador. Oro. “¡Ya somos campeones del mundo!”, gritó enrabietado. Saúl Craviotto, que fue plata en la distancia en Londres 2012 y bronce en Río 2016, ya tiene sucesor.

El inmenso talento del catalán era un tapón para Garrote en la distancia. El multimedallista olímpico en los 200 le ‘quitó’ además este año el puesto en el K4 500, pues se ganó la plaza en los selectivos después de que el zamorano hubiera sido subcampeón mundial con Cooper, Toro y Germade en 2016.

De repente, Garrote se quedó colgado. Así que bajó al 200, la distancia en la que cualquier fallo es la tumba, se unió al grupo de Luis Brasero en la Blume, se proclamó ya esta temporada campeón de Europa (sólo la gran Teresa Portela, octava ayer en el K1 200 había logrado el doblete en 2002) y después lo fio todo al Mundial. Con un tiempo de 35.259 y siempre en cabeza, aguantó al lituano Arturas Seja (+0.107) y al ruso Evgenii Lukantsov (+0.253). Ganó. Y se liberó. “Es la guinda al pastel. Lo tenía que hacer por los malos momentos que hemos pasado mi entrenador y yo”, expresó haciendo referencia a su baja del K4.

La sonrisa y el grito de Garrote acabó iluminando un Mundial en un día en el que Sergio Vallejo y Adrián Sieiro también fueron cuartos en C2 500 y Javier Hernanz en K1 5.000, aunque está pendiente de una reclamación (el noruego Vold fue descalificado por saltarse una boya y luego readmitido). Una última jornada en la que España lució su músculo.