De Granada al cielo: la conquista de Alhambra Nievas
La histórica árbitro de rugby confirmó su retirada el pasado 27 de julio. Atrás deja un legado que la convierten en uno de los referentes del deporte femenino.
Granada tiene dos Alhambras. Una está forjada en piedra, ladrillo y argamasa, es Patrimonio de la Humanidad, y se alza sobre la colina de la Sabika para vigilar a la ciudad. La otra es de carne y hueso, durante años vigiló un terreno de juego, y es historia viva del deporte femenino. Si hablamos de rugby en España no acuden a la mente estrellas, equipos o competiciones, lo hace el nombre de una árbitro que logró traspasar fronteras, y que hace escasos días anunció su retirada: Alhambra Nievas.
Avanzar sin jamás mirar atrás. Durante su carrera, Nievas fue quemando etapas a velocidad de vértigo. Protegida por su confianza, carácter y profesionalidad. En 2013 debutó como árbitro en un partido ante las All Blacks de Nueva Zelanda. Tres años después, se convertía en la primera mujer en ser nombrada "mejor árbitro del mundo" en los World Rugby Awards. Así hasta que en octubre de 2017 sellaba su nombre a fuego en la efeméride: también era la primera mujer que arbitraba un partido oficial entre dos selecciones masculinas. ¿El encuentro? Lo de menos. Un Finlandia-Noruega de la tercera división del Campeonato de Europa. ¿Lo importante? Su significado. La constatación de que el deporte femenino se rebela contra sus cadenas. Pelea, tiene voz, y aspira a nuevas cotas.
El pasado 27 de julio, Alhambra Nievas confirmaba a este diario el rumor que venía circulando desde hacía días: enfundaba el silbato. Con mucha discreción, abanderando esa modestia que siempre la ha caracterizado, pero firme en su decisión. Atrás dejaba una vida dedicada al rugby en sus múltiples vertientes, aunque con la intención de seguir ligada a él por medio de su Federación. Para el futuro dibuja un legado imperecedero. Uno que la proyecta como líder y referente de la mujer y el deporte femenino. Como un ejemplo en el que fijarse en pos de conquistar la cima final: la igualdad.