Carolina Marín: "Mi problema tras Río fue el temor a perder"

-Este martes inicia su participación en el Mundial. ¿Con qué sensaciones lo afronta?
-Me encuentro motivada y con ganas de mostrar lo que hemos logrado en los entrenamientos. Identificamos que había perdido aspectos que eran claves en mis éxitos.

-¿Lo afronta entonces como una vuelta a la Carolina Marín de su época más exitosa?
-Es complicado volver a ser esa Carolina, porque ya he cumplido muchos de los objetivos con los que soñaba. Esa fase pasó. Creo que debo evolucionar. Lo importante es seguir aprendiendo. Pero sí es verdad que si había algo en la preparación que funcionaba y que se ha dejado apartado, por qué no volver a ese camino.

-¿Y qué ha cambado?
-En las temporadas 2014, 2015 y en la preparación para los Juegos de Río, yo sobre todo me centraba en cuál era el camino para lograr las victorias. En cómo mejorar en mi juego. Pero después de los Juegos me ha pesado el miedo a perder... y eso me ha llevado precisamente a no ganar. Había que hacer un cambio y estábamos a tiempo de hacerlo. Sé que en este Mundial ya no soy la rival a batir, no defiendo nada... En 2014 tampoco llegué como favorita, sólo habiendo ganado antes un torneo. Fue una victoria inesperada, como lo sería ahora también, pero lo voy a dar todo.

-Porque ahora la favorita es la número uno, Tai Tzu Ying.
-Lleva un año y medio muy bueno. A un nivel muy alto, pero no es imposible ganarle. Lo que ha logrado es mantener ese nivel durante mucho tiempo, por eso está donde está. Pero yo no tengo miedo a nada, nada es imposible. ¿O alguien podía ni siquiera imaginar que una española iba a ganar dos Mundiales y un oro olímpico?

-Se cruzaría con usted en semifinales.
-Sí, pero en un Mundial hay que ir partido a partido. No quiero ver más allá porque esto es un torneo donde pueden ocurrir muchas cosas. Nervios, inseguridad, tensión...

-Llega al torneo tras conquistar su cuarto Europeo en Huelva, pero sin haber conseguido sumar títulos en el circuito...
-Es que las diez mejores del ranking tenemos un nivel muy parejo, que hace que todo se decida por pequeños detalles: un volante que roza la red y pasa, una linea... Y como comentaba, el miedo a perder me ha pesado.

-¿No es eso la presión?
-Más que presión, inseguridad. No se puede jugar con miedo porque rivales del nivel del que estamos hablando lo ven, lo notan y lo aprovechan.

-¿Un Mundial en China es más especial?
-Todos los Mundiales son especiales. En 2013 jugué mi primer Mundial, en el que llegué a cuartos, y también fue allí. Cada uno de los Mundiales tienen su ‘cosilla’: el primero que gané en Dinamarca tenía el encanto de que se celebraba en Europa, el segundo en Indonesia, un país donde me tienen mucho cariño y no olvidaré a aquellas 9.000 personas chillando mi nombre...

-¿Es verdad que está aprendiendo chino?
-Siempre me ha interesado. Este deporte me ha abierto la puerta a culturas distintas que me enriquecen y es una forma de acercarme. Pero por ahora sólo intento aprender a hablar.