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TARRAGONA 2018

La fuga de los tunecinos o el sueño europeo

Tres deportistas del país africano han aprovechado la estancia para huir y quedarse en Europa. El portero de balonmano Makren explica la problemática.

Tarragona
El abanderado de Túnez porta la bandera de su país durante la inauguración de los Juegos Mediterráneos de Tarragona.
TARRAGONA 2018

El rumor empezó a extenderse el lunes, cuando el gimnasta tunecino Wissem Harzi causó baja antes de competir en el Pabellón Olímpico de Reus. "Hay un tunecino que se ha fugado". Corrió como la pólvora. El martes por la mañana en el Hotel El Paso, donde se aloja la delegación del país norteafricano, dos entrenadores charlan en el exterior antes de coger un autobús para acudir al entrenamiento. Ambos, con la camiseta y la acreditación tunecina, se identifican confirman la historia a este diario. "El entrenador lo estaba esperando pero no apareció. No sabemos dónde está", explica mientras sonríe. No quiere explayarse, ni decir su nombre ni hacer una hipótesis sobre lo que ha sucedido. Simplemente, ríe y bromea: "O lo han secuestrado, o ha muerto o se ha ido". Los dos entrenadores abandonan el punto de encuentro, pero antes comentan: "Europa es el paraíso para muchos".

Unos metros más adelante, a mitad de camino entre el Hotel Port Aventura, donde se aloja España, y el Hotel Caribe, tres deportistas tunecinos dan un paseo. Interrogados sobre su compañero fugado, uno de ellos comenta: "Sí, un gimnasta y dos chicos de halterofilia también. Hay deportistas de alto nivel y otros que no lo son", argumenta y abandona rápidamente la conversación. "No sé nada más", dijo. Ya en el Centro de Convenciones, otro entrenador tunecino, en este caso el del baloncesto 3X3, se hace el loco ante la pregunta sobre los fugados.

Pero el miércoles, cuando ya se ha conocido que el gimnasta está en Montepellier y ha contactado con su familia, el portero Missaoui Makren, de 37 años y que el próximo curso jugará en Rumanía, explica lo que sucede. “Los halteros han venido aquí sin entrenador, solos, no tenían responsables. En Túnez, el sueño es vivir en Europa. Todos los que abandonan el país y luego vuelven lo hacen en una mejor posición económica. Hay deportistas que tienen familia fuera y lo aprovechan… A mí se me pasó por la cabeza la primera vez que salí a competir lejos de Túnez”, reflexiona.

“Nosotros tenemos a un deportista muy popular que se llama Oussama Mellouli (nadador ganador de tres medallas olímpicas y ocho mundiales). Él vivía en Estados Unidos y se entrenaba allí. Es un referente para los chicos, y sobre todo para los que practican deportes individuales, ya que el Estado los protege menos”, analiza. “La diferencia de vida es muy grande. Yo he tenido vecinos de mi ciudad que se han metido en embarcaciones para ir a Europa. La policía que está en la costa ya ve que 100 personas no pueden ir en esos barcos, pero miran para otro lado. Es muy triste. Luego mueren en el mar y parece que no importe”, explica sin tapujos.

Los deportistas fugados (los halteros son Amine Bouhijbha y Aymen Bacha) pueden regresar a su país, aunque “serán sometidos a un juicio con una justicia bastante parcial. Normalmente vuelven a competir y muchos de ellos son mejores porque han tenido más recursos en Europa”. Esta problemática, en muchas ocasiones, no trasciende en las competiciones, pues los propios Comités Olímpicos no la publicitan y lo ven como una normalidad. Así lo remata Makren: “Seguro que ha pasado con otros países del norte de África en estos Juegos... no seremos los únicos”.