Echevarría, la última joya de los saltadores cubanos
Ha saltado 8,66 legales y 8,83 con viento. Es el heredero de una gran estirpe de especialistas de la isla caribeña en las pruebas en las que más destaca Cuba.
El cubano Juan Miguel Echevarría, de 19 años, es uno de los atletas que está deslumbrando en esta temporada. Primero, con su título mundial de pista cubierta en Birmingham; luego con sus 8,83 metros con sólo leve viento antirreglamentario (2,1) en la Diamond de Estocolmo y el miércoles con 8,66 perfectamente legales (+1,0). La última joya de los saltos cubanos, un país que exhibe una lista interminable de grandes atletas en estas especialidades desde hace mucho tiempo.
Cuando una estrella se apaga, viene otra que reluce tanto o más. Es el caso de Echevarría, nacido el 11 de agosto de 1998 en Camagüey, de 1,86 de estatura y 76 kilos de peso, que en los Mundiales indoor de Birmingham (8,46 metros) batió nada menos que al sudafricano Luvo Manyonga (8,44), que fue campeón mundial al aire libre en Londres 2017 y plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y que está acreditado en 8,65 metros. Su horizonte va camino de los nueve metros. Esa distancia mágica.
Pero, ¿qué poderes muestra históricamente Cuba en el ránking mundial de todos los tiempos? Aquí está lo más importante de cada una de las cuatro pruebas al aire libre y en la categoría masculina.
Altura: Javier Sotomayor, récordman mundial
El atleta de Limonar (Matanzas) tiene el récord mundial en 2,45 metros, logrado en Salamanca el 27 de julio de 1993. Fue campeón olímpico en Barcelona 1992 y plata en Sydney 2000. En los Campeonatos del Mundo consiguió dos títulos en Atenas 1997 y en Stuttgart 1993 y fue segundo en Tokio 1991 y Gotemburgo 1995.
Pero la potencia cubana en el salto vertical no acaba ahí, porque ha tenido otros tres atletas por encima de 2,30 metros. Víctor Moya (2,35 en 2005), Mario Rafael Drake (2,34 en 1991) y Juan Francisco Centelles (2,32 en 1983).
Pértiga: Una figura y escasa tradición
Esta prueba es en la que menos resultados positivos ha obtenido la isla caribeña a lo largo de la historia, pero esto ha cambiado en los últimos tiempos. Lázaro Borges, de La Habana, rompió con la sequía caribeña en los Mundiales de Daegu 2011, en los que se clasificó en la segunda posición. Pero la pértiga cubana sigue siendo prueba de un solo atleta de superélite, al menos de momento.
Longitud: De Pedroso a Echevarría
Juan Miguel Echevarría amenaza clarísimamente el récord cubano de la prueba, que está nada menos que en 8,71 metros y la tiene un mítico saltador habanero como Iván Pedroso. Consiguió el registro en Salamanca el 18 de julio de 1995. Pedroso fue campeón olímpico en Sydney 2000 y ganó cuatro títulos mundiales consecutivos: Gotemburgo 1995, Atenas 1997, Sevilla 1999 y Edmonton 2001.
Echevarría se ha convertido ya en el segundo mejor cubano de todos los tiempos, en cuanto a marcas, con esos recientes 8,66. Pero tienen una larga historia de éxitos: Jaime Jefferson (8,53 en 1990), Ibrahim Cornejo (8,46 en 2008), Luis Felipe Méliz (8,43 en 2000, años antes de adquirir la nacionalidad española) y Joan Lino Martínez (8,39 en 1999, también antes de representar a España, con la que fue bronce en los Juegos de Atenas 2004).
Triple: Nueve atletas por encima de 17,50
Los cubanos parecen nacidos para ser ‘canguros’. El mejor es Pedro Pablo Pichardo, nacido en Santiago de Cuba el 30 de junio de 1993, que saltó 18,04 en La Habana el 28 de mayo de 2015. Posteriormente se nacionalizó portugués, tras un conflicto con la federación de su país: entre otras cosas, se negó a prepararse con el entrenador que le adjudicaron. Con su país de origen fue subcampeón mundial en Moscú 2013 y Pekín 2015.
El ránking cubano de todos los tiempos impresiona: Yoelbi Quesada (17,85 en 1997), Aliecer Urrutia (17,70 en 1996), Alexis Copello (17,68 en 2011, que luego compitió con Azerbaiyán), Yoandri Betanzos (17,65 en 2009), David Girard (17,62 en 2009), Ernesto Revé (17,58 en 2014), Lázaro Betancourt (17,57 en 1985) y Alexander Martínez (17,51 en 2005). En total, tienen 26 triplistas con marcas más allá de los 17 metros.
Una sinfonía de grandes atletas. Y detrás Echevarría vendrán otros, ya están viniendo. Cuba no tiene fin.