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¿Tanto como Cavs a Warriors? Las grandes sorpresas de la NFL

En la historia de la Super Bowl nunca hemos tenido un duelo tan desigual como el de estas Finales de la NBA, pero sí resultados sorprendentes.

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¿Tanto como Cavs a Warriors? Las grandes sorpresas de la NFL

Un lector (y oyente), de esos que te da orgullo tener, me decía ayer que cuál era el motivo de que, en el periodismo actual, nos haya dado por validar las líneas de las casas de apuestas como verdad revelada. Me hizo pensar. Hay algo absurdo en ello, qué duda cabe, pues en esas predicciones lo único que se muestra es el punto de equilibrio de lo que opinan los que se están jugando su dinero. Nada más. Nada menos.

Es una foto, además en movimiento y con un montón de focos de atención diferentes, del estado de ánimo de los apostantes. Una democratización de la opinión que, encima, sólo atañe a los jugadores de estos servicios. El asunto es que tiene su relevancia precisamente por eso mismo: porque es una medida que, por pura definición, huye del análisis apasionado, forofo e inevitablemente subjetivo de todo aquel que se aproxime a tal o cual acontecimiento deportivo. Y, por lo tanto, tiene su gracia conocerlo, si bien no se trata de ninguna verdad revelada. Ninguna lo es.

Siguiendo ese pensamiento me encontré ayer con que los Cleveland Cavaliers son el equipo que, según las casas de apuestas, más crudo lo tiene para ganar unas Finales de la NBA desde que se tiene constancia, desde que internet irrumpió en el mundo de las apuestas y las cambio para siempre. Ahora mismo, los Golden State Warriors sólo se pagan a 1,11 euros por euro apostado para lograr el anillo y los Cavs se van a los 7 euros por euro apostado. Ya digo: sin precedentes.

Y me dio por mirar casos similares en los que en la Super Bowl había ocurrido un desequilibrio de tal magnitud (ya os adelanto que en ninguna) y si, que esto es lo que me interesa, las víctimas propiciatorias habían hecho caso al dinero o se habían revelado en aparatosa, y costosa para muchos, sorpresa.

La final de la NFL más desequilibrada, según el récord histórico de apuestas en Las Vegas, fue la de la temporada 1994. La Super Bowl XXIX la jugaban los San Francisco 49ers y los San Diego Chargers. Se consideraba que el equipo que entonces dirigía Steve Young y en el que aún brillaba nada menos que Jerry Rice era favorito por 18,5 puntos de ventaja. El equipo cumplió y ganó por 23 puntos. Ni siquiera entonces se pagaba una victoria de los Chargers tanto como la de los Cavaliers este año.

Si de sorpresas hablamos, hay que irse a la Super Bowl III, el partido que se considera la génesis de la actual NFL. Entonces, las dos conferencias que hoy conocemos eran dos ligas independientes que se cruzaban nada más que en el último partido, considerado poco menos que de exhibición porque no se contemplaba que alguien de la AFL (hoy AFC) pudiese ganar al campeón de la poderosa NFL (hoy NFC). Pero sucedió. Joe Namath, mítico quarterback de los New York Jets, aseguró que su equipo, que partía con 18 puntos de desventaja en las apuestas, ganaría a los Baltimore Colts. Aquello llevó a la risa. El problema es que cumplió. Fue tal el shock que ambas ligas comenzaron un proceso de fusión que llevó a la actual NFL sólo un par de años después.

En la era moderna, dos grandes sorpresas brillan por encima de cualquier otra. En ambas están implicados los New England Patriots. La primera es la edición XXXVI de la temporada 2001. Los Saint Louis Rams, "the greatest show on turf", eran favoritos por 14 puntos. Se pagaba su victoria 4 euros por euro apostado (nótese la gran diferencia con Las FInales NBA de este año) y un tal Tom Brady era un quarterback novato ante una situación imposible. El resto es historia del deporte mundial.

La segunda es la que liaron los New York Giants ante los mismos Patriots, que llegaban invictos a la Super Bowl XLII y eran favoritos por 14 puntos de ventaja. 3,5 euros por euro apostado se llevó todo aquel que metiera dinero a que los de Eli Manning completaran, como así hicieron, la machada de ganar a los imbatibles.