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KARATE

Quintero: "El kárate enseña valores, no es para atacar"

El karateka malagueño reveló eun una entrevista a la revista Men's Health cómo se inicio en un deporte que será olímpico en Tokio 2020.

Damián Quintero posa como portada de la revista Men's Health.
Men's Health

El karateca español Damián Quintero, recientemente proclamado campeón de Europa por novena vez y número uno del mundo en kata, afirma que el kárate "enseña valores" y "no es un arte para atacar", con la mirada puesta en el Campeonato del Mundo de este 2018 en Madrid y en los Juegos Olímpicos de Tokyo de 2020.

"El kárate enseña unos valores muy importantes. Tiene un gran componente educativo, de respeto a la autoridad (en nuestro caso, el sensei), de compañerismo... En kárate, de hecho, lo primero que se hace es saludar al adversario. Y eso se ha hecho siempre. Los katas, además, son técnicas de defensa. El kárate no es un arte para atacar", afirma en una entrevista para la revista 'Men's Health', de la que es portada en el número de junio.

De origen argentino, pero criado en Málaga, que le acaba de conceder una estrella al mérito junto al pabellón Martín Carpena, Damián 'Kingtero', 91 medallas en su palmarés, lleva tres lustros subiéndose al podio, pero repasa unos inicios que no fueron fáciles.

"Empecé de muy pequeño. Tanto que, cuando tenía cinco años y vivía en Torremolinos, donde me crié, me acerqué a un dojo (gimnasio de karate) pero el sensei me dijo que no tenía la estatura suficiente para ello. Cabezota como soy yo, regresé al año siguiente y entonces sí me aceptaron", indicó.

Confiesa que la medalla que más ilusión le hizo fue la que ganó en los Juegos Europeos de Bakú en 2015. "Fue muy especial para mí, porque todavía no he conseguido una olímpica -el kárate formará parte del programa oficial en Tokyo 2020-, así que de momento es lo más parecido que tengo", manifestó.

Con 20 años, estuvo cerca de dejar el kárate pese a que era una de las grandes promesas nacionales. "Pero hubo un cambio en el equipo técnico de la Federación Española, y durante años no me permitieron competir fuera de España. Eso lo aguantas un año, dos... pero al cuarto de hartas. Me dediqué a sacar la carrera (ingeniería aeronáutica) y estuve a punto de dejar el kárate, pero mi círculo más cercano me apoyó para continuar con mi pasión. Y en 2013 volví a tener la oportunidad de competir internacionalmente", recordó.

Se considera un deportista "mentalmente fuerte", aunque desde hace un año y medio trabaja con el psicólogo del Centro de Alto Rendimiento (CAR) del Consejo Superior de Deportes en Madrid, Pablo del Río. "Me está ayudando mucho", admitió el campeón, que se entrena de lunes a sábado en doble sesión.

Por la mañana, una hora de físico ("Es fundamental tener explosividad, potencia y ritmo", asegura), refuerza el tren inferior y trabaja hombros y las escápulas para lograr una técnica fluida. No sólo ensaya los katas sino también los 'kihon', un combate imaginario.

"Trabajar directamente los katas sería un error, primero necesitas la base", explica Quintero, que nunca perdona la hora de la siesta. Por la tarde, entre dos y tres horas de técnica específica para pulir los detalles. "En ocasiones lo grabamos en vídeo para luego analizar la técnica", dice el malagueño, que no deja nada al azar.