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New Orleans Saints

Cuatro partidos de suspensión para Mark Ingram

El running back de los New Orleans Saints ha sido sancionado, y ha perdido la apelación, por el uso de sustancias prohibidas por parte de la NFL.

Cuatro partidos de suspensión para Mark Ingram

La NFL ha suspendido a Mark Ingram, running back de los New Orleans Saints, por los cuatro primeros partidos de la temporada regular 2018. El jugador ha sido pillado saltándose la política de uso de sustancias prohibidas de la liga y se quedará sin jugar el primer cuarto de la competición. Si vuelve a cometer el mismo error se quedaría sin jugar diez partidos y, si reincide, toda una temporada.

No ha trascendido que clase de sustancia es la que ha sido encontrada en su cuerpo, aunque en sanciones de este estilo suele tratarse de drogas recreativas o para paliar el dolor, como la marihuana y otros opiáceos, en vez de para mejorar el rendimiento físico propiamente dicho.

El equipo y el jugador sabían de esta sanción ya antes de la celebración del draft. Sin embargo, estaban pendientes del proceso de apelación, que ahora ya saben que han perdido, lo que convierte en firme la suspensión.

Es un palo tanto para el equipo como para el jugador.

Por el lado de Nueva Orleans, los Saints acabaron la pasada temporada como el segundo mejor conjunto en ataque terrestre de toda la NFL. Llegaron a las 129,4 yardas por partido y fundaron una campaña magnífica, que les llevó a la ronda divisional y a ser uno de los grandes favoritos a ganar la Super Bowl, en su poderío corriendo con la pelota.

Tendrán que sustituirle durante esos cuatro encuentros dando más peso a Alvin Kamara, el rrokie ofensivo del año, que, desde luego, no parece un mal plan B. Kamara fue parte esencial de ese mismo ataque terrestre y está más que capacitado para llevar todo el peso durante el mes de septiembre. El problema es que descompensa el equilibrio que tan buenos frutos les dio.

Los esquemas de Sean Payton hicieron que Kamara e Ingram fueran los primeros compañeros en la historia de la NFL en pasar de 1500 yardas, cada uno de ellos, desde la línea de scrimmage. Lo que quiere decir ésto es que no es tan fácil como quitar a uno de ellos y que el otro haga el doble de trabajo. De la misma forma, está por ver como afecta eso a la temporada de Kamara cuando lleguen los partidos finales del campeonato, allá por diciembre, porque una carga excesiva en los running backs suele pagarse.

Por parte del jugador, Ingram está en su último año de contrato y quiere, legítimamente, un aumento y varios años de seguridad. Ese plan se le ha venido un poco abajo con este contratiempo.

Los cuatro partidos que se perderá Ingram serán contra Buccaneers, Browns, Falcons y Giants, los dos primeros en casa y los dos segundos fuera. Volvería a la disciplina del equipo el uno de octubre, antes de enfrentarse a los Redskins en el Merceds-Benz SuperDome de Nueva Orleans.

No obstante, sí que podrá participar en la pretemporada y en los campos de entrenamiento del equipo de los próximos meses, aunque es cierto que, de momento, no ha estado presente en las concentraciones voluntarias previas al draft.

Uno de los más serios candidatos a ganar la Super Bowl LIII ha sufrido un serio mazazo. Nada que les elimine, por supuesto, pero sí algo que les trastoca los planes y les obliga a cambiar el paso sobre su situación ideal. Nunca es fácil sustituir a un jugador que corre para 1124 yardas, y recibe para 416, con 12 touchdowns, como hizo Mark Ingram el año pasado. Cuatro partidos sin él pueden ser un mundo.