Khalil Mack no entrena con los Raiders hasta nuevo contrato
Jon Gruden no puede contar con su mejor jugador ya que ha decidido saltarse los primeros entrenamientos del año mientras negocia su futuro.
Jon Gruden, nuevo entrenador de los Oakland Raiders, se pasó el mes de marzo clamando contra las normas de la NFL que le impedían tener contacto con sus jugadores. El último convenio colectivo, que data de 2011, es muy claro a la hora de limitar el trabajo y la relación entre empleados y franquicias. Así que, para él, debió ser un enorme alivio que ayer comenzarán los entrenamientos voluntarios de principio de temporada.
Salvo por un pequeño detalle: su mejor jugador, Khalil Mack, decidió que no acudiría a estas sesiones.
Mack, el pass rushers, outside linebacker, defensive end o cómo queráis llamarlo, sabiendo que excepcional tiene que estar dentro de la definición, de los Oakland Raiders no es un hombre que se salte sesiones de grupo. Ni de las voluntarias ni de las obligatorias. Es un enorme profesional que, a buen seguro, ayer tuvo la tentación todo el día de pasarse por las instalaciones del equipo y estar haciendo gimnasio y acondicionamiento con sus compañeros y saludando a su nuevo grupo de entrenadores.
Mack, también, es un jugador que afronta su quinto año en la liga y, por lo tanto, su último de contrato rookie. Es por eso que quiere, ya, que los Raiders le hagan el gran contrato de su vida y le extiendan a largo plazo. Dado que están negociando, ha querido usar la táctica de no presentarse para presionar y agilizar el proceso.
El jugador pide del orden de 20 millones de dólares por temporada. Von Miller, el ejemplo más evidente de élite en su posición, firmó por 19 millones de dólares y el siguiente gran contrato en la posición tiene que ser para Mack. Lo saben sus agentes, lo saben los aficionados y seguro que lo sabe también los Oakland Raiders.
De hecho, no dudo de que el punto de fricción en las negociaciones nunca será el montante anual, que será el más alto de la historia para la posición, sino los garantizados y la duración del mismo.
Diría que es un asunto menor. Los Raiders quieren al jugador a toda costa, Mack quiere seguir sin asomo de dudas y todo tiene que quedar resuelto antes de que lleguen los campos de entrenamiento del mes de julio. Y, supongo así será.
No deja de ser, no obstante, un pequeño contratiempo para alguien tan cartesiano como Jon Gruden el que no pueda estar con todos sus hombres desde ya. Y más aún si estamos hablando de la pieza fundamental de su defensa y, libra por libra, del mejor jugador de la plantilla al completo. No le hará gracia. Así que ya puede Reggie McKenzie, general manager del equipo de los Raiders, afinar cuanto antes este proceso de final cierto, porque, sino, su entrenador jefe le recordará cual es la verdadera jerarquía de poder en Oakland.