Whyte: el púgil que derrotó a Joshua quiere su oportunidad
El jamaicano, residente en Londres desde los 12 años, debutó como amateur con victoria ante Joshua. En profesional, el actual campeón mundial le noqueó.
Hay nombres en el boxeo que acaban unidos para la posteridad. Ali y Frazier, Márquez y Pacquiao... son sólo dos ejemplos, pero entre todos comparten un mismo camino. Esa conexión espera encontrarla Dillian Whyte (22-1, 16 KO) con Anthony Joshua (20-0, 20 KO). Ya la tienen, pero les queda un combate con algo importante en juego para hacerla eterna. Whyte está lejos del campeón mundial en este momento, o no tanto, sabe que si vence este sábado en el O2 Arena de Londres al invicto Lucas Browne (25-0, 22 KO), con el Silver WBC del peso pesado en juego, podrá encontrarlo en un futuro cercano. "Espero hacer en 2018 un Mundial", apunta. Es su objetivo.
Whyte y Joshua se cruzaron por primera vez en 2009. AJ iba a disputar su cuarto combate amateur, pero sus valedores ya tenían un ambicioso plan trazado para él. Whyte, por su parte, debutaba en el boxeo. Nacido en Jamaica, pero criado en Londres desde los 12 años, comenzó en el boxeo para evitar las peleas callejeras y acabar en la cárcel. Le ofrecieron ese combate, todos se lo desaconsejaron... pero aceptó. Ganó. Fue una derrota en la que "tenía un estilo de pelea callejera". "Me sirvió para darme cuenta de que podía tener futuro si me lo tomaba en serio", ha reconocido en una entrevista en la ESPN.
Fue una primera toma de contacto, se volvieron a ver en 2015. Los dos ya eran profesionales, pero la carrera era muy diferente. Joshua había sido oro en Londres y todo el mundo pensaba que sería un dominador de la categoría. Whyte en esa ocasión cayó noqueado, y también aprendió. "Antes hacía todo yo sólo, sin mirar nada más. Desde entonces comencé a analizar cada momento de mi boxeo", desvela. Dos encuentros y dos lecciones para Whyte que con su boxeo rudo intentará alcanzar una pelea contra Deontay Wilder. Debe ganar, después soñar con Joshua. Quiere que sus nombres se unan para la posteridad. Londres, primera parada.