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Tres años: el contrato de moda en la NFL y su lógica

Los agentes libres más reputados de la temporada han optado por firmar por un trienio, incluso menos, para aprovechar el gran dinero que viene.

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Tres años: el contrato de moda en la NFL y su lógica

Kirk Cousins no quiso regalar dos años más a los Minnesota VIkings, ni a nadie. Kirk Cousins exigió a su agente que le garantizaran tres años y se olvidaran de él, que no tenía ninguna necesidad de estar atado con ningún equipo en el año 2021. Es entendible por suposición de poder. Pero resulta que Sammy Watkins y Allen Robinson, los dos receptores más perseguidos de la agencia libre, también han firmado por tres años. Y Jimmy Graham. Y Richard Sherman. Y Dontari Poe. Y Brashaud Breeland. Y Avery Williamson. Y...

¿Por qué? ¿Por qué en un mercado donde el estándar para los mejores agentes libres siempre han sido contratos de cinco años, cuatro como poco, hemos visto esta explosión de relaciones trianuales en gente que tenía mucho poder para negociar?

La respuesta es doble pero lleva, invariablemente, a la única realmente importante en cualquier mercado: el dinero.

En la agencia libre de la NFL del año 2021 va a haber una inflación como no se ha conocido en tiempos recientes en la liga. Ese es el año en el que tiene que entrar en vigor el nuevo convenio colectivo y, a la vez, es probable que sea la temporada en la que la liga firme un nuevo contrato televisivo. En ambos casos, el aumento de dinero para los jugadores promete ser espectacular.

El convenio colectivo que se firme, si se firma, en 2021 tiene que ser muy diferente al actual. La liga se aprovechó de la escasa organización de los jugadores en 2011 y les sacó un acuerdo que ha generado enorme malestar entre los atletas a lo largo de estos años. Se bajó el dinero que percibían al 47% de los ingresos totales de la liga y no se hizo gran cosa por proteger sus contratos. Con el paso del tiempo se comprobó que lo firmado iba en perjuicio de sus intereses y, ahora mismo, en el sindicato hay una oposición cierta y completa a los propietarios y al comisionado de la NFL, Roger Goodell.

Tanto es así que se están preparando concienzudamente para la huelga y la posibilidad de que en 2021 no haya liga. Hay orden estricta a sus asociados de ahorrar dinero y de afrontar la negociación con mucha mayor organización y capacidad de presión. Si a eso le unimos el hecho de que en las demás grandes ligas de Estados Unidos la tendencia es a aumentar el porcentaje de dinero que se llevan los jugadores, cualquier solución que se produzca al conflicto pasa, con seguridad, por aumentar al 50%, al menos, la parte de ingresos que va a salarios.

Y eso sin contar con otras cuestiones como garantizados, seguros y contratos benévolos para con los jugadores. No es puede adivinar en qué quedará el nuevo convenio colectivo; sí se puede asegurar que será bastante mejor para los jugadores, o que no habrá NFL. Y eso no lo quiere nadie.

Sólo eso ya va a suponer un aumento del dinero muy notable para los jugadores que vayan a la agencia libre en 2021. Es por eso que no quieren estar atados en esa fecha y quieren poder negociar en libertad.

Pero, además, quizás hasta eso sea lo de menos, porque si los nuevos contratos televisivos se firman en 2021, el crecimiento de los beneficios en la liga será parejo al del boom que vivió la NBA hace un par de veranos, cuando el mercado enloqueció por el dinero que ESPN y TNT firmaron: 2.500 millones de dólares al año, sin contar los de las cadenas regionales.

Ahora mismo, la NFL recibe del orden 5.000 millones de dólares anuales por los derechos televisivos. El contrato acaba en 2022 y para 2021 ya se estará negociando la ampliación, incluso es probable que ya esté en activo el nuevo acuerdo. Y la subida va a ser inimaginable. A las tradicionales CBS, Fox, NBC y ESPN se van a sumar pujadores tan imponentes como Netflix, Amazon, Hulu, Facebook, Twitter o Google.

Los nuevos canales de comunicación saben que su crecimiento futuro pasa, invariablemente, por ofrecer deporte en directo, que sigue siendo el gran rey de la pantalla, y que ese es su próximo reto. Para ello van a sobrepagar, como se ha sobrepagado en la televisión tradicional por todos los deportes siempre, y van a encarecer el producto que ya es el más caro de cualquier parrilla. Así que explosión económica va a ser demencial.

Y los agentes lo saben. Los jugadores lo saben. Los equipos lo saben. No hay necesidad de jugar al gato y al ratón: tres años ahora y veremos en 2021. Alguien que ha dominado el mercado a su antojo en los últimos años, y me estoy refiriendo a Kirk Cousins, no iba a caer en la trampa de regalar dos años más a los Minnesota Vikings al precio actual, porque dentro de tres años el juego será diferente. Muy diferente.