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New Orleans Saints

¿Y si Drew Brees terminara en los Vikings o en los Jaguars?

El quarterback Drew Brees sigue sin renovar por los Saints a punto de abrirse el mercado y podría convertirse en la gran estrella de la agencia libre a sus 39 años.
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Dec 3, 2017; New Orleans, LA, USA; New Orleans Saints quarterback Drew Brees (9) runs onto the field before the game against the Carolina Panthers at the Mercedes-Benz Superdome. Mandatory Credit: Chuck Cook-USA TODAY Sports
Chuck CookUSA TODAY Sports

El 3 de marzo, Mickey Loomis, general manager de los Saints, declaró que Drew Brees no se iría de Nueva Orleans bajo ningún concepto. Ocho días después, a tres días de que se abra la agencia libre y a pocas horas de que los equipos y los agentes puedan empezar a negociar, Drew Brees todavía no ha estampado la rúbrica que confirme que Loomis tenía razón y el quarterback seguirá siendo jugador de los Saints.

En los últimos días, independientemente del traspaso de Richard Sherman a los 49ers, o el empacho de adquisiciones de los Browns, incluido Tyrod Taylor como confirmación de que Hue Jackson se ha vuelto definitivamente loco, hay un run-run permanente en el universo de la NFL con todo el mundo haciéndose la misma pregunta: ¿por qué no ha renovado ya Drew Brees por los Saints?

A partir de la pregunta, también se ha abierto un debate sobre si, según los términos de su contrato, su agente puede empezar a negociar con otros equipos ya o tendrá que esperar al miércoles. Pero vosotros y yo sabemos que eso es peccata minuta, un puro tecnicismo. Si Brees tiene intención de cambiar de aires muy probablemente ya sepa de sobra dónde va a ir y lo que va a cobrar.

Brees sigue siendo una superestrella

El hecho es que todos los años un porcentaje estimable de los jugadores que terminan contrato y van a convertirse en agentes libres acaban renovando por sus equipos antes de que se abra el mercado. Casi nadie tenía dudas sobre que Drew Brees iba a estar en ese grupo, pero según van pasando las horas, y con el agente del jugador insistiendo en que el lunes empezará a escuchar ofertas de otros equipos, parece que las negociaciones no son tan fluidas como podía imaginarse.

Para ponernos en antecedentes, Brees tiene ya 39 años, en 2016 firmó una extensión de un año por 24,25 millones más que ampliaba la relación entre el jugador y los Saints hasta marzo de 2018 y nadie esperaba que a estas alturas Brees pudiera seguir jugando. Pero como sucede con Tom Brady, no es que Brees esté alargando su carrera hasta una edad casi de ciencia ficción, es que su rendimiento no ha mermado un ápice y, hoy por hoy, es un Top 5, y hasta un Top 3, en el ranking de quarterbacks.

Nadie contempla que Brees esté simplemente pensando en el retiro. Más bien al contrario, parece que uno de los problemas de la negociación entre el quarterback y los Saints puede ser la duración de un contrato que el equipo no quiere alargar mucho más de un par de años y el jugador quiere extender mucho más allá.

Brees, un jugador beligerante en el aspecto financiero

Hay que recordar el papel beligerante de Brees durante la negociación del último convenio colectivo de la NFL. Entonces ya fue evidente que el quarterback tiene clarísimo que las felicitaciones en la NFL no se dan con palmaditas sino con dinero. Brees sí que es un ejemplo claro de jugador al que no se le puede convencer con argumentos afectivos. Ha jugado durante doce años en los Saints porque es el equipo que mejores condiciones le ha ofrecido, y no tendrá ningún problema para cambiar de aires si las condiciones que consigue en otra parte son mejores. Y cuando hablo de condiciones no solo hablo de dinero. También me refiero a muchos otros factores personales que pueden afectar a un profesional, y que en este caso estarían encabezadas por la posibilidad de ganar otro anillo en el poco tiempo que le queda como profesional.

Si Brees quiere ganar otro anillo antes de retirarse, parece que el mejor sitio para conseguirlo son los propios Saints, un equipo que dio el año pasado un impresionante salto de calidad, con un backfield tremendo, un gran línea ofensiva, Michael Thomas emergiendo como un nuevo Antonio Brown y una defensa que, ahora sí, parece estar progresando a buen ritmo y con criterio. En el otro lado de la balanza, en los últimos tiempos hemos visto como la franquicia ha tenido algún detalle feo con el jugador, con algunos intentos infructuosos de sustituirlo que seguro que a Brees no le han hecho mucha gracia. Y, como os digo, Brees no es de esos que perdonan y olvidan. Más bien es un tipo cerebral capaz de sacar ventaja de todo lo que le rodea.

Supongamos que Brees quisiera irse

Lo más normal es que antes de 72 horas las aguas vuelvan a su cauce y Brees firme un nuevo contrato con los Saints. Sin embargo, a partir de aquí quiero entrar en el campo de la especulación, para explicar por qué sí que veo posibles dos destinos en los que Brees conseguiría no solo un buen contrato, sino también seguir aspirando al anillo.

Como siempre que se habla de quarterbacks, en cuanto se difundió el rumor de que Brees podría estar en el mercado saltaron todos los nombres habituales en las últimas semanas. Que si Broncos, que si Jets, que si Bills, que si… No, no cuela. A Brees no le queda tiempo para resucitar proyectos. Si se va de los Saints tiene que irse a un equipo que aspire a ganar ya, incluso que necesite ganar ya, y tenga dinero para pagarle.

Después de darle muchas vueltas solo me imagino dos equipos con ese perfil: Minnesota Vikings y Jacksonville Jaguars. Sí que soy capaz de imaginarme a Brees vistiendo los colores de uno de esos dos equipos.

En la conferencia Nacional, los Vikings

En el caso de los Vikings, tienen dinero de sobra para gastar. Más de 45 millones. Llevo dos semanas apostando por que le hicieron una oferta a Keenum y están esperando a que el quarterback explore el mercado y termine por volver al redil. Sin embargo, Brees puede ser el arma que le falta a un equipo que el año que viene volverá a tener un backfield potentísimo con Dalvin Cook recuperado y una defensa salvaje que no será fácil de conservar en uno o dos años. Además, Thielen, Diggs y Rudolph, pendientes de lo que acabe pasando con Treadwell, puede ser un grupo de receptores de ensueño para Brees. Los Vikings volverán a empezar la temporada en el grupo de aspirantes y las únicas dudas pueden estar en que la línea ofensiva sigue siendo cuestionable pese a la mejora del año pasado y en que la NFC Norte, pese a que él jugaría en un dome, es una división dura en la que podrá tener partidos en climas extremos a los que no está acostumbrado y le perjudican. Estoy seguro de que a Aaron Rodgers se le torcería el gesto con una noticia así que, sin embargo, podría ser muy excitante para los seguidores de la NFL.

En la conferencia Americana, los Jaguars

El otro único equipo en el que me imagino a Brees son los Jaguars. El caso es similar al de los Vikings. Su defensa es terrorífica y todos sabemos que es dificilísimo mantener un bloque así durante más de dos o tres años. Su backfield también es bestial con Fournette y su grupo de receptores nunca ha rendido como se esperaba pero tiene talento de sobra. Su margen contra el cap no es espectacular, ahora mismo están 30 millones por encima, pero no sería para ellos complicado hacerle un hueco. Incluso el contrato recién firmado por Bortles está hecho para poder librarse de él si fuera necesario sin asumir una gran carga. Después de haber jugado el año pasado la final de conferencia, los Jaguars con Brees pasarían a ser directamente los máximos favoritos de la Americana en septiembre. Aunque no jugaría en un dome, el clima de la AFC Sur favorece al jugador y, aunque Texans , Titans y Colts (si pueden contar con Luck) son equipos emergentes, lo normal es que un año más el camino de la conferencia Americana hacia la Super Bowl siga teniendo muchos menos gallitos que la Nacional.

Solo han sido elucubraciones, y aunque hay algún rumor sobre Vikings o Jaguars como posibles destinos de Brees, no están inundando las redes sociales ni han sido firmados por ningún gran gurú de la NFL. Pero si llegara a pasar lo imposible, y Brees no volviera a vestirse con la flor de lis, estos convencido de que acabaría en uno de estos dos equipos.