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Carolina Panthers

Marty Hurney y los Panthers: más vale malo conocido...

En Carolina han apostado por convertir en general manager definitivo a un hombre que ya lo fue en la época gloriosa de la franquicia.

Marty Hurney y los Panthers: más vale malo conocido...

Los Carolina Panthers han quitado el apellido "interino" del título de general manager de Marty Hurney. De esta manera, y tras un proceso en el que han entrevistado a un poker final de candidatos, la franquicia ha optado por quedarse con lo que ya tenían, y volver a confiar en alguien que ya fue general manager del club entre el año 2002 y el año 2012. Más vale malo conocido que bueno por conocer, podrían exclamar en la rueda de prensa de presentación.

Para entender esta decisión hay que conocer el estado en el que están los Panthers ahora mismo. Tras destaparse un escándalo de abusos sexuales continuados y de crear un ambiente de trabajo tóxico para las mujeres en la franquicia, Jerry Richardson, el dueño y fundador de la misma, decidió venderla. Lo hizo un minuto antes de que la NFL le obligara a ello. Ahora mismo se están recibiendo ofertas, aunque aún no hay nada concreto. Forbes ha valorado a los Carolina Panthers en 2.300 millones de dólares, y esa no es una cantidad que aparezca de un día para otro.

En este contexto, es lógico que prime la estabilidad por encima de la ambición deportiva. Y, quizás por eso, la elección de Hurney tiene más que ver con la venta que con mirar al futuro de la plantilla. Porque el ya general manager definitivo en Carolina ha cometido su buena dosis de errores en el pasado como para que contratarle no deje tranquilos a los seguidores de los Panthers.

También de aciertos, por supuesto. El mayor de ellos el de convertir a un equipo de 1-15, que fue el que recogió en 2002 cuando se convirtió en general manager de los Carolina Panthers por primera vez, en un finalista de la Super Bowl en 2004. Es indudable que su agresividad, sus aciertos en el draft, su apuesta por John Fox como entrenador, les llevaron a una época dorada. Aquel equipo era espectacular.

Tenía por quarterback a Jack Delhomme y con él empezaría la cuesta abajo del proyecto. Tras un 2008 fantástico para el equipo, que vio al QB regresar tras una grave lesión en 2007, el partido de playoffs contra los Arizona Cardinals marcaría el punto de inflexión de la historia de Hurney. Delhomme tuvo un día horrible, con cinco intercepciones y un fumble perdido, y pareció ser el fin del proyecto. El general manager, no obstante, le renovó por otros cinco años. Ese contrato sería su tumba. En 2009 todo salió tan mal que Steve Smith, entonces la estrella del equipo, llegó a decir, medio en broma medio en serio, que DelHomme nunca le había gustado. El año siguiente el QB estaba en los Cleveland Browns.

Además, Hurney no se enteró del cambio de estilo que se producía en la liga y dio contratos monstruosos a DeAngelo Williams y Jonathan Stewart (running backs), y a Jon Beason y Thomas Davis (linebackers)... a la vez. Es decir, hipoteco gran parte del espacio salarial del equipo en un quarterback viejo y acabado, y en dos posiciones que estaban, en aquel momento, siendo sobrepasadas por el juego aéreo y los pass rushers. Y, encima, ahondando con la duplicidad de contratos.

Todo ello les llevó a ser el peor equipo de la liga y a tener el número uno del draft de 2011. Aquí sí, aquí Hurney no se dejó llevar por el ruido que circundaba al jugador estrella de aquella clase, del que se decía que no era un buen profesional, que era un problema en el vestuario, que no se la podía jugar uno con él. Se llamaba, se llama, Cam Newton y Hurney no dudó. Y acertó de pleno.

El problema es que fue su único acierto en una serie horrenda de drafts que le vieron gastar rondas y rondas, en algunos casos con traspasos terribles, en Jimmy Clausen, Amanti Edwards o Everette Brown. Todo ello llevó a su despido en el año 2012 no sin antes dejarles otro regalo sobre el que construir el futuro: Luke Kuechly.

Además de las luces y las sombras de su legado deportivo, Marty Hurney también ha sido un problema en el plano moral para los Carolina Panthers. En la situación en la que están no pueden dar un paso en falso y resulta que a este hombre su ex-mujer le denunció por acoso. Sucede que la señora retiró la demanda y que cuando los Panthers quisieron entrevistarla antes de contratar a su ex-marido, ella declinó la oferta.

Los Carolina Panthers se enfrentan a un año clave para su futuro. La NFC Sur es una bestia dura, impredecible, y ellos no pueden quedarse atrás. Sin embargo, da toda la sensación de que lo que vaya a pasar en el campo está en un segundo plano en el orden de importancia. Ahora mismo, sólo importa la venta y, por eso, han decidido ir con un general manager como Marty Hurney, alguien de la casa, alguien que no quiera revolucionar nada y que mantenga el timón, para que quién quiera que sea el nuevo dueño sea el encargado de mirar al futuro y no al pasado.