Jennifer Pareja y Sandra Sánchez o cómo cumplir tus sueños
En las jornadas 'El compromiso por la igualdad' las dos deportistas cuentan cómo superaron todos los obstáculos para alcanzar sus éxitos deportivos.
Iberdrola y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han celebrado la jornada 'El compromiso con la igualdad' en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Un acto en el que académicas, deportistas y responsables empresariales han analizado el papel de la mujer en los ámbitos de la vida pública, la empresa y el deporte de élite para exponer las medidas necesarias para lograr la igualdad de género.
En la primera mesa redonda, se ha examinado el papel de la mujer en el deporte y han participado la medallista olímpica en waterpolo, Jennifer Pareja, la campeona del mundo y número uno en kárate, Sandra Sánchez, y la periodista especializada en deporte Gemma Herrero. Las exposiciones de ambas deportistas han dejado claro los obstáculos que han tenido que superar por ser mujeres y la periodista Gemma Herrero ha explicado el papel de los medios para conseguir la igualdad.
"No me extraña que desde fuera se piense que los medios damos un trato diferente a la mujer deportista. O se las infantiliza o se las cosifica o se las sexualiza. Pero también he de decir que cuando hay éxitos de mujeres, los contamos y tienen interés. Que cada vez se están dando más pasos que se dirigen a la mujer, que cada vez hay más niñas o deportistas que tienen referentes femeninos, algo que antes no pasaba, y que hay que contar historias. Vivimos en una sociedad machista y el periodismo deportivo no es una excepción, quizá aquí se amplifica más. Por ejemplo, las periodistas deportivas en televisión tienen que ser casi modelos, deben cumplir unos cánones que no se les piden a ellos. A ellos les exigen que tengan experiencia, oficio... También vivimos una crisis en los medios que influye mucho. Ahora una persona hace lo que antes hacían cuatro, no hay tiempo para contar una buena historia, vivimos la dictadura del clik y, no nos engañemos, el sexo vende mucho. Hay días del lazo rosa, pero al día siguiente, en todas las webs, deportivas o no, hay culos y tetas a granel. Pero si Carolina Marín, por poner un ejemplo, gana un oro en bádminton, se le da su importancia y si se conoce el bádminton es por ella, es un deporte del que antes no se hablaba ni en hombres ni en mujeres", explicó Gemma.
"La desigualdad existe y quedan muchos pasos por dar. Me doy cuenta de que tenemos que quejarnos, pero hay que cambiar las reglas del juego y empezar a actuar, hay que contar las historias del deporte femenino. Mi sueño era ir a unos Juegos y mi primer intento fue en el Preeuropeo para ir a los de 2004, en un partido caótico contra Italia, nos robaron y no nos clasificamos. Tuvimos una nueva oportunidad para ir a los de 2008, y nos vuelven a eliminar. En 2010 vamos al Europeo de Zagreb y en el avión me pongo malísima, me operan de apendicitis y estoy una semana en un hospital de Croacia. En 2011, a una semana del Mundial, me rompo la mano. Entonces me planteo dejar el waterpolo. Pero me digo 'con todo lo que he luchado'. En 2012 otra vez hay preolímpico y sentí miedo. En el partido decisivo ganamos a Grecia, lloramos en la piscina y fuimos a Londres y fuimos plata. Todo cambió y fue la mejor decisión de mi vida. Viví los tres mejores años en mi carrera, campeonas del mundo, de Europa...", así resumió Jennifer su exitosa carrera y todas las veces que se levantó para conseguir su sueño.
El caso de la karateka Sandra Sánchez es aún más explícito. Después de toda una vida haciendo kárate y de 15 años de éxitos en los campeonatos de España nunca la llamaban para el equipo nacional: "Te crees que no vales, que no es tu lugar y dejé de competir. Terminé mi carrera, me fui a crecer como persona a Australia. Pero regreso y me dan la oportunidad de volver a competir. Pienso 'o entreno con el mejor o no vuelvo'. Y se lo pido al mejor y me dice que no, una y mil veces. Yo vivía en Talavera y todos los días iba hasta Alcalá de Henares, con una economía humilde, y todos los días a la puerta del gimnasio, se hizo de rogar. Me dice que me deja ir sólo a las clases, para ponerme a prueba, y conseguí pasar la prueba y que me entrenara. Él se propone que voy a ser campeona de España, nunca había ganado, siempre había sido segunda. Lo conseguimos al tercer año. Pero se plantea un problema, Sandra tiene 33 años. Aquello llegó al Consejo, a la Federación, y por un momento, me dicen que voy a ir al campeonato Mundial, luego que no. Jesús me dice 'asume que no vas'. Con 33 años lo que a mí me llega es que no se van a arriesgar conmigo. Al final deciden hacer algo que no se había hecho nunca, una preselección, con una persona del Consejo de auditor, un examen delante de 4 personas. Pasé y con 33 años gané el Europeo, en 2015, después de eso fue todo rodado, Bakú, oro, y número uno del mundo... Soy número uno desde 2015 y lo mantengo ¿sabéis lo difícil que es eso? Tienes que puntuar en todos los campeonatos, no os imagináis lo que es eso, el mundo es grandísimo. Hay muchas japonesas y yo no lo soy. Cuesta mucho trabajo y me da pena que no exista ese reconocimiento. En televisión sumo un minuto, ¿qué más tengo que hacer? Pues ir a Tokio y ganar el oro. Ahora tengo 36 años y mi edad es un hándicap, pero eso lo tenemos que cambiar nosotras, con nuestros valores, con nuestro ejemplo".
También participaron en estas jornadas el catedrático de Derecho Constitucional, magistrado emérito del Tribunal Constitucional y director del mismo, Manuel Aragón; la profesora titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Castilla-La Mancha, Carmen Plaza; la profesora titular de Derecho del Trabajo de la UCM, Nuria García, y la directora de Asuntos Europeos de Iberdrola, Eva Chamizo, analizando la participación de la mujer en la vida pública, laboral y empresarial.