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Hidalgos: rugby inclusivo en la tierra del Quijote

El argentino Iván Carrón lidera el proyecto del Quijote Rugby Club para mezclar jugadores con discapacidades y sin ellas en un mismo equipo.

Hidalgos: rugby inclusivo en la tierra del Quijote
Quijote Rugby Club

Dícese del hidalgo que es una persona generosa y noble, de espíritu valiente. Por eso se llama así la su nueva sección inclusiva del Quijote Rugby Club. Porque para romper las barreras de una discapacidad y decidir jugar al rugby hace falta valor. Y para apostar por un equipo en el que se mezclan jugadores discapacitados con otros que no lo son, también. 

Hidalgos nace para que "los jugadores, englobando así todas las edades y sexos, tengan una referencia como es pertenecer a un club", relata Iván Carrón, responsable de la sección. "Ellos saben perfectamente que hay varios equipos dentro del club como las Dulcineas (femenino), Sancho Panzas (veteranos) y el Quijote, que es el equipo senior masculino, y ahora también están ellos, que son uno más", prosigue.

Ahora mismo son 24 chavales, el equipo se presentó a finales de noviembre y el pasado fin de semana disputaron sus primeros minutos en un triangular con los equipos homólogos de El Salvador y Hortaleza. Desde que se lanzó la iniciativa, no han parado de sumar apoyos. Desde los centros ocupacionales Nuestro Mundo de Aranjuez y Valenzana, de Illescas, hasta los ayuntamientos de esta última localidad junto a los de Yuncos y Parla. Últimamente se quieren sumar muchas más instituciones, por lo que en las oficinas del club, cuenta Carrón, están "desbordados".

Mientras se trabaja para cerrar esas colaboraciones, los Hidalgos ya empiezan a hacer equipo. "Tienen su entrenador, sus días de entrenamiento, sus partidos y por supuesto su camiseta con sus colores. Son uno más de la estructura del club. Para nosotros eso es ser inclusivo", detalla Carrón. Esa es la primera piedra, crear un sentimiento de pertenencia en ellos: "Luego vendrá la táctica, la técnica y todo lo demás, priorizando siempre la seguridad y la diversión".

Un proceso en el que no falta la actitud, lo único realmente necesario en un deporte que no deshecha alturas, sexos ni pesos. Y ahora tampoco a los discapacitados. Porque ellos nos demuestran constantemente que las barreras se las ponemos nosotros. Y al final, como dice Carrón, se trata de "devolverle al rugby algo de lo que nos ha dado para que nosotros, que nos llamamos normales, seamos mejores personas. Porque ellos, nuestros Hidalgos, ya lo son".