El rugby femenino se prepara para el desafío del Mundial 2021
Federación e Iberdrola trabajan juntas para potenciarlo. En 2016 el número de licencias creció un 20%. El XV se está renovando: repiten ocho del último Mundial.
El rugby femenino español ha despegado. El interés por este deporte se mide en datos: en 2015 se produjo un incremento del 18% de licencias femeninas en los distintos estamentos (jugadoras, entrenadoras, árbitras y directivas) y en 2016 ha subido hasta el 20%. Las estrategias implantadas para potenciar el rugby femenino están teniendo mucho éxito, como el Rugby Desarrollo con dos centros de referencia en Madrid y Barcelona.
Los éxitos de la Selección también son un reflejo del crecimiento del rugby femenino. El pasado 5 de diciembre, las leonas iniciaron el Proyecto Mundial 2021 en Majadahonda ante Escocia y el 11 de diciembre en Guadalajara, ante Francia. Pese a las derrotas por 5-24 y 0-97, dejaron muy buenas sensaciones para los próximos duelos mundialistas. Demostraron que en este equipo no faltan ganas y entrega, aunque hay tiempo para mejorar tras una renovación general de la plantilla.
Y es que la historia del rugby español, este deporte que disputa Mundiales desde 1991 en la categoría femenina y hasta ha ganado un inesperado, pero muy merecido, primer puesto en el primer Campeonato de Europa en 1995, no es tan reciente como se piensa. Es más, la final de dicho campeonato fue ante Francia, con la victoria por 21-6. España sólo ha faltado a los torneos de 1994 y 2010.
El rugby nació en 1823, debutó en 1900 como un deporte olímpico en los Juegos de París, pero en 1924 dejó de ser una modalidad olímpica hasta Río 2016. Y el rugby femenino también tiene historia. Coincidiendo con el estreno en los primeros Juegos, también en 1900 fue cuando surgieron los primeros equipos femeninos en Nueva Zelanda, Francia e Inglaterra, aunque sin conocimiento del público debido a la presión social. Era un deporte demasiado agresivo para las mujeres, decían. En los 70 empezó a consolidarse promoviéndose siempre desde las universidades, que a día de hoy permanece como el principal nido de este deporte. Toulouse fue la responsable por la primera asociación en 1970, pero no fue hasta 1991 cuando se realizó el primer Mundial femenino.