Patricia García traslada los valores del rugby a la sociedad

Trabajo en equipo, respeto y entrega. Esos son sólo algunos de los valores que el rugby puede aportar a la sociedad. Los mismos que enamoraron a Patricia García Rodríguez (El Escorial, Madrid, 2 de diciembre de 1989) cuando iba a empezar la universidad. Los mismos que ahora transmite dentro de nuestras fronteras con su proyecto ‘Rugby y valores’ y las traspasa con ‘Rugby Libre’. “El rugby es un medio, no un fin. Sus valores se pueden llevar a la vida de las personas y a la sociedad. Aquí hacemos conferencias en empresas, en barrios marginales, en el área de psiquiatría de hospitales, en clubes… está más enfocado al ámbito pedagógico. A nivel internacional se mantiene la filosofía, pero el enfoque es más social, se da en contextos más desfavorecidos. El año pasado estuvimos en la cárcel de Punta Arenas de Chile, con los jóvenes de las favelas en Río y esta vez en una aldea de Marruecos. Aquí juegan en una explanada de tierra, pero tienen un proyecto muy consistente con más de cien personas, lo viven sin tener nada material", arranca Patricia antes de poner rumbo a los Premios Princesa de Asturias, de los que es jurado. También dibujan su perfil otros logros como el Diploma Olímpico en los Juegos de Río 2016 y los Campeonatos de Europa de 2010 (rugby 7 y XV) y de 2016 (rugby XV).

Acaba de llegar de Tinghir, pero en su cabeza ya tintinea su próxima aventura, que quizá la lleve de nuevo a Chile e incluso a Argentina. Pocas eran las mujeres que se atrevían con el rugby en Marruecos --allí no está bien visto socialmente--, pero esas valientes encontraron aliento en las palabras de Patricia. “Que una internacional vaya allí a hablarles de rugby ya les supone un cambio de esquema y una reflexión. Queremos que sepan los beneficios de practicar deporte”. Gracias al Tour de Iberdrola son muchas las mujeres de toda la geografía española las que se han animado. “Es una iniciativa estupenda y está dando visibilidad a deportes como el rugby, el fútbol femenino… Es un apoyo real, que las jugadoras podemos ver”. Ahora, Patricia se ha convertido en un referente. Las niñas tienen ya un espejo donde mirarse para creer y para crecer. "Siempre me fijaba en Jonny Wilkinson por su forma de jugar, la disciplina... Además de talento, era un ejemplo en cuanto al trabajo. Antes no había referentes femeninos y ese fue el motivo por el que hace cinco años empecé una estrategia de comunicación basada en la creación de la propia imagen personal. Había una jugadora, Carla Hohepa, de Nueva Zelanda, que era mi favorita y era incapaz de saber de ella, de poder seguirla más allá de una competición como el Mundial. Era frustrante”.

Pero comencemos por el principio. De cómo el atletismo enseñó a Patricia a ganar y sobre todo a perder, de cómo jugando al fútbol en su pueblo (El Escorial) Irene Schiavon le descubrió el rugby, de cómo los placajes en los entrenamientos le hicieron aceptar la invitación de ir a probar. Ahí, nervios, miedo, desconocimiento y un vaticinio que se cumplió. ‘Patricia, éste es tu deporte’. Así fue. Y ese primer día se quedó grabado a fuego. “Lo recuerdo perfectamente. Vas con intriga, no tienes ni idea de lo que te espera. Ni te lo imaginas. Ahora vemos rugby en la tele, pero hace unos años no sabía ni lo que era. Lo confundía con fútbol americano. Fue muy divertido, me lo pasé bien, porque aunque no sepas nada puedes correr, patear el balón, placar... Y el grupo, el equipo, es lo más importante. Te cuida. Ese sentimiento de pertenencia es lo que te enamora del rugby". Poco a poco aparecieron nuevas puertas a las que llamar y nuevos destinos que conquistar. “Por eso me dio la locura de ir a jugar a Francia con un Erasmus y surgió la oportunidad de Nueva Zelanda. Eso fue la reafirmación. Su cultura está impregnada por los valores del deporte, es tan salvaje como acogedora, y su nivel de competición es muy elevado".

Su estímulo era romper barreras y lo ha hecho. Su meta era demostrar que “con trabajo y pasión somos capaces de todo” y también lo ha conseguido. Más allá de sus logros deportivos, ha creado una línea de ropa, tiene su página web… y proyectos que sueñan con un mañana mejor para tod@s. “En la melé hay ocho jugadores contra ocho. Ahí, empujan todos y apenas ven el balón. Esa entrega de cuerpo y alma por el colectivo es algo que no vemos en la sociedad. Quien corre y marca los puntos no es la estrella ni el mejor. El trabajo en equipo lleva a conseguir el éxito. Además, al árbitro se le respeta, se le trata de usted y no se le discute. Le preguntas y te explica, es muy didáctico. No hay debate o reproche y hay un árbitro vídeo que revisa las jugadas y puede parar el partido si ha habido alguna infracción para que el encuentro sea lo más justo posible. Si eso lo trasladamos a la sociedad, el mundo sería diferente".

Cada vez hay más gente que se empapa del rugby y de su significado porque el rugby también es igualdad. “Ahora llega más”. Va más allá de una moda, más allá de las fronteras y qué mejor embajadora que Patricia, hoy también la de Universo Mujer.

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