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Los Angeles Rams

Jared Goff rinde como los Rams esperaban de un #1 del draft

El equipo de Los Angeles y su quarterback titular tienen una tarde mágica contra los desesperados y desesperantes Indianapolis Colts.

Sep 10, 2017; Los Angeles, CA, USA; Los Angeles Rams quarterback Jared Goff (16) throws a pass against the Indianapolis Colts in the first half of a NFL football game at Los Angeles Memorial Coliseum. Mandatory Credit: Richard Mackson-USA TODAY Sports
Richard MacksonUSA Today Sports

La primera temporada de Jared Goff en la NFL fue decepcionante. O muy decepcionante. Los Angeles Rams, entonces recién llegados a su nueva ciudad, fueron un mal equipo de football y eso les llevó a la ignominia de tener que despedir a su entrenador, Jeff Fisher. En medio de todas las malas sensaciones, por supuesto, aparecía su quarterback. Siempre es el puesto más señalado, para lo bueno y para lo malo, sea exagerado o muy exagerado.

Más en el caso de Jared Goff por haber sido todo un número uno del draft por el que, además, tuvieron que dar un potosí de activos. En esas circunstancias, o se es el salvador, el mesías, o se es un fracaso. De nuevo, sea eso exagerado o muy exagerado. Goff no jugó bien el año pasado, qué duda cabe.

En 2017 la cosa pintaba muy diferente de inicio. Un nuevo entrenador, Sean McVay, con unas ideas muy diferentes a las de Fisher, con la idea de correr mucho, de defender y de tener una estructura mucho más asentada que la de esperar a la genialidad de un chaval. Y, además, con la suma de Sammy Watkins y Cooper Kupp, llamados a dar una velocidad más al cuerpo de receptores.

Y, en el primer partido de la temporada, Jared Goff, de repente, rinde como el chico que merecía ser el número uno del draft y que lleva sobre sus hombros la ilusión de la renacida afición a los Rams de la ciudad de Los Angeles.

El partido de los Rams contra los Indianapolis Colts fue un chiste. Por parte de estos últimos, me refiero. Pocos equipos con tan poco que aportar, con tan poco espíritu, con tan poco talento y con tan pocas soluciones desde la banda se pueden ver en la NFL. Los Angeles ganaron por 46 a 9 como pudieron ganar por lo que les diera la gana.

Todo funcionó. La defensa se zampó al ataque rival, empezando por la línea ofensiva y acabando por un Scott Tolzien que tuvo que ser sustituido por Jacoby Brissett en la segunda mitad, aunque eso no añadiese ni quitase una coma al bochorno general. Por el medio, forzó jugadas para anotar casi sin necesitar a su propio ataque. Éste, en el apartado terrestre apareció con cuentagotas, y no hizo falta más.

Porque, por encima de todo, Jared Goff se notó suelto en el pocket y con agallas. Completó 21 de los 29 pases que intentó, sumó 306 yardas y un touchdown.

Y las sensaciones. Las sensaciones de verle con la confianza por las nubes y divirtiéndose con sus compañeros. Enfrente, la nada, que quede claro, porque los Colts fueron un equipo de juguete en esta primera semana. Y, en sus espaldas, el futuro de la franquicia. Porque, por primera vez desde que fue elegido en el draft, en efecto, Jared Goff pareció un número uno legítimo.