Kalisz y Dressel mantienen el honor de Estados Unidos

El japonés Kosuke Hagino dominó los primeros 100 metros de los 200 estilos, pero en la braza fue superado por el estadounidense Chase Kalisz y finalmente se conformó con la plata tras faltarle metros para la remontada. La prueba corta, territorio de Ryan Lochte y Michael Phelps desde 2003, sigue en manos americanas, una herencia de los gigantes de la natación americana ya retirados. La capacidad que tiene el país dominador de la natación para que florezcan nuevos talentos es interminable.

El duelo entre Hagino y Kalisz, por las calles 5 y 4 respectivamente, fue emocionante. El japonés salió por debajo del récord del mundo de Ryan Lochte (1:54.00) en los primeros 50 metros. La mariposa es uno de los fuertes de Hagino, que perdió ventaja en la espalda para después ser superado en la braza por el americano. El estilo proponderante en Japón fue el talón de Aquiles del Phelps asiático. Kalisz detuvo el cronómetro en 1:55.56, mientras que el japonés se estancó en 1:56.01. El bronce se lo llevó el chino Shun Wang, con un tiempo de 1:56.28.

El himno de Estados Unidos sonó otra ocasión en el Duna Arena. El talento Caeleb Dressel, de 21 años, dominó con arrojo los 100 metros libre y se colgó el oro con un tiempo de 49.17, récord de su país, mejor marca mundial del año y décimo mejor registro de todos los tiempos. Aunque el francés Mehdy Metella le siguió tras el viraje, no pudo aguantar el ritmo del estadounidense, de 1,88 metros. Metella acabó con 47.89, bronce, superado por Nathan Adrian, también americano, que remontó hasta los 47.87.

Dressel ya ganó el oro en la primera jornada de estos Mundiales en el relevo 4x100 libre, y puede ser la sensación americana, el hombre que puede cubrir la vacante de Phelps y Lochte. No nada pruebas mastodónticas como sus compatriotas, pero su velocidad en las pruebas de libre le ayuda, junto a los relevos, a ganar medallas para su país.