Peaty destroza el récord del 50 braza y amenaza otra barrera

Aún no se habían acomodado ni los espectadores más madrugadores al Duna Arena cuando Adam Peaty les sorprendió con un récord del mundo en las eliminatorias de los 50 braza. El británico, que había ganado la tarde anterior con la mayor distancia de la historia sobre el segundo en los 100 (57.47) pero que se había quedado sin la plusmarca, no necesita rivales en una prueba tan corta, un simple parpadeo, para batir récords: una buena salida y su dominio de la fuerza y la técnica hicieron el resto.

Peaty había logrado el oro en Kazán con un récord de 26.46. Esta mañana ha triturado esta marca y la ha establecido en 26.10. ¡La ha bajado 36 centésimas! Ya en el primer 50 de la final de los 100 había avisado con un 26.50, pero nadie podía imaginarse que un nadador se acercara tanto a rebajar esos 26 segundos inamovibles.

Motivado por la participación de su gran rival, el sudafricano Cameron van der Burgh, Peaty ha nadado sin reservas una prueba que en ocasiones depende del azar de la salida y de los primeros metros. Con una reacción de 0.63, el británico ha sido el segundo más rápido en lanzarse al agua, el último en emerger pero el primero desde el principio hasta el final. "Honestamente, no iba a por el récord. Pero vi nadar tan rápido a mis rivales que lo di todo", dijo el gigante inglés.

El sudafricano Van der Burgh avisó: "Hay que felicitarlo siempre que se consigue un récord, pero las medallas de oro no se ganan por las mañanas". Este pique ha reducido la marca en esta prueba siete décimas en apenas cinco años. Y esta tarde en las semifinales, Peaty puede seguir haciendo historia y rebajando, como hizo Sarah Sjöstrom en los 100 libre femenino, los límites de los nadadores.