“Somos un equipo nuevo, pero podemos crecer en Budapest”

Las dos derrotas seguidas de la Selección masculina de waterpolo (ante Grecia y Serbia) “podían entrar dentro de lo lógico”. Eso es lo que opina Dani López-Pinedo, un seguro bajo palos, quien a sus 37 años es uno de los líderes del grupo de David Martín. “Somos un equipo nuevo, casi la mitad de esta plantilla no había jugado casi ni un partido internacional. Serbia está un peldaño por encima de todos. Nos queda el sabor amargo de Grecia. El empate habría sido más justo y pudimos ganar. Hay que ganar a Sudáfrica”, argumentó.

Pese a que el proyecto se enfoca a Tokio 2020, y este campeonato es un “peaje” que se tiene que pagar para que los jóvenes jugadoras adquieran experiencia internacional, López-Pinedo deja claro que el equipo no ha dicho su última palabra en este Mundial, y que no sería la primera vez que se mejora a lo largo del campeonato. “Hay que tener en cuenta que los cambios son importantes, y además en nuestra Liga pocos jugadores compiten en Europa. Pero no renunciamos a nada. Sabemos que somos nuevos, pero muchos de nuestros rivales no nos conocen. Veremos cómo podemos crecer en Budapest”.

Si el calendario y la lógica de los grupos se mantiene en la última jornada, Rusia será el rival de los de Martín en los octavos de final. Una ronda clave, no ya para seguir adelante, sino para asegurar la beca ADO para la próxima temporada. Un hueso en el camino. “Es un equipo muy físico. Muy peligrso, está acostumbrado a competir y físicamente te llevan al límite”, comentó López-Pinedo, quien destaca “la ilusión” de los jugadores, lo que les hace “tener un grupo muy fácil de llevar”.

El portero no sabe si este será su último Mundial: “Desde hace ya algunos años, me planteo las temporadas con calma y el futuro de año a año. Me siento con mi club, mi familia, los responsables del waterpolo y decido que hago. El año que viene seguiré”. El portero del Atlètic-Barceloneta, un seguro en la portería.