Dani Ballart: "Nunca vamos a volver a ser igual de felices"
El waterpolo rememora su época dorada en Barcelona y Atlanta: "El momento del podio, alzando los brazos y con el himno de fondo es el momento de una vida".
Miki Oca, que ayer hizo el esfuerzo de venir a la fotografía que organizaba AS con parte del equipo de waterpolo femenino que partirá hoy a las 7:00 al Mundial de Budapest, es el nexo que une la historia del waterpolo en el olimpismo español. En sus manos reposa el oro del equipo masculino de Atlanta '96. "El momento del podio, alzando los brazos y con el himno de fondo es el momento de una vida", dice. Un éxito que no se puede explicar sin la amarga plata de Barcelona '92, en la final de las tres prórrogas, cuando la adrenalina corrió como un Fórmula 1 por las venas de los waterpolistas la noche anterior. "Estábamos en la habitación y los del fútbol habían ganado el oro. No pudimos dormir. Italia estaba más tranquila. Eso marcó la diferencia", relata Marco Antonio González.
Pero en Atlanta se quitó la espina. Un equipo mágico, con el desaparecido Jesús Rollán como alma. "Éramos una piña. Cada uno sabía cómo era el otro, pero en el agua todos nos dejábamos la vida por el compañero", dice Sergi Prederol. "Nunca en mi vida volveré a ser tan feliz", relata Dani Ballart.
El carisma de Oca lo trasladó al waterpolo femenino en Londres 2012. Una plata memorable y con anécdotas. "Llevábamos todos los jugadores detrás del equipo de Estados Unidos de baloncesto para hacernos una fotografía. Y nos los encontramos el momento antes de jugar las semifinales, en plena emoción. Nos miramos todas y nos dijimos: 'qué mala suerte, ahora no podemos", dice Jennifer Pareja.
La sincro también se bañó tres veces de este color, más el luchado bronce de Londres 2012. "Nos tuvimos que cortar hasta el pelo", comenta Alba Cabello sonriendo, en una de las locuras de Anna Tarrés.
Sergi López, que llegó desde Estados Unidos, fue el representante de la natación. Faltaron Mireia Belmonte, Nina Zhivanevskaya y los hermanos López-Zubero. Ellos también vivieron momentos mágicos en un deporte tan exigente.