ATLETISMO | EUROPEO POR PAÍSES
Sergio Fernández: "Me veo más cerca de la superélite mundial"
El plusmarquista español de 400 vallas será uno de los jefes de filas en el Europeo por Selecciones de Lille, que se disputa de viernes a domingo.
-Este año ha comenzado ratificando todo lo que hizo el año pasado con 49.34, muy cerca de su récord de España (48.87). (Fue plata europea y semifinalista olímpico).
-Es un punto positivo. Porque a veces haces una marca y no sabes lo que va a pasar al año siguiente. Temía eso, pero he vuelto a correr en mis tiempos (49.34) e incluso más rápido que en 2016 a estas alturas. Eso me hace pensar que la temporada va ir bastante bien. Lo cierto es que lo del año pasado nos lo esperábamos tanto mi entrenador (Jesús Álvarez), como yo. Desde el primer día que pasé la puerta de la Blume en 2014 tenía muy claro que quería ir a unos Juegos Olímpicos. Esa fue mi motivación. Sabía que podría llegar, aunque no tan pronto.
-Se le ve sin miedo en la competición...
-A lo mejor no soy de los mejores, pero cuando salgo a la pista me crezco bastante y gestiono muy bien la situación. En los momentos previos, en el calentamiento, me pone muy nervioso ver a los rivales de cerca, pero en la pista me transformo, me lleno de energía. Todo desaparece y allí estoy... A por todas. Cosas de los atletas.
-En los Juegos se quedó a las puertas de la final, eso le da confianza este año de cara al Mundial.
-No descarto estar en la final. Si el año pasado quedó poco, este año puede ser. Yo sueño alto desde luego, confío en mis posibilidades y soy ambicioso. Esa gente a la que veía superélite mundial, nos dimos cuenta de que estábamos con ellos y nos hace creer que no son extraterrestres. Que son de carne y hueso como nosotros.
-Y ese descaro, ¿cómo ha surgido?
-Antes era todo lo contrario. Me ablandaba mucho y me he ido transformando. Igual que el cuerpo cambia y pasas de una persona pequeña a tener un cuerpo grande, la mente también se trabaja de esa manera. He tardado un tiempo, pero sí. He vivido un cambio radical a nivel psicológico.
-¿Es más cuatrovallista rítmico o de los de velocidad?
-Me encajonaría en ese tipo de atletas que llevan muy bien el ritmo de las vallas y llegan bien al final. La técnica la controlo bastante y me falta explotar el aspecto de velocidad, seguiremos por ahí a ver si mejoro. Creo que a nivel mundial soy de los que menos pierde del liso a las vallas. De pequeño hacía fondo, pero se ve que la técnica de valla era algo que tenía innato. Las pasaba con una pierna y con otra sin problemas. Tampoco es que sea lento, ¿eh?
-Acabó con uno de los récords de España más viejos.
-A mí era de lo que menos me importaba. Yo tenía que hacer una buena competición en los Juegos de Río, pero era algo secundario. Ahora sí es importante porque supondría mejorar mi marca personal. El récord es sólo una consecuencia. Esas anécdotas no me llenan.
-Viene de una escuela, Lagunak, de la que salieron tres cuatrovallistas sub-50. Iñigo Monreal (49.86), Romera (49,34)...
-Mi primer entrenador, Luis Requetibate, era excepcional y nos cuidó a nivel físico y mental. Tenía las ideas muy claras y no nos quemaba. Yo coincidí con Romera, cuando estaba al final de su carrera y siempre me daba consejillos. Le doy las gracias, porque a día de hoy sigue siendo uno de mis referentes.
-Y más referentes...
-No tienen por qué ser vallistas. Admiro mucho a Bruno Hortelano, por como planta cara a los mejores del mundo sin miedo a nadie. A Orlando Ortega. También a gente como en situaciones especiales tira hacia adelante. Gerard Descarrega, campeón paralímpico en Río, es un ejemplo para mí.
-¿Cree que ese espíritu de Hortelano y usted, que no tienen miedo a nadie, se contagia?
-Desde luego, si te rodeas de un entorno favorable lo puedes conseguir. Mi gente me apoya y me hace creer que las cosas son posibles. Eso sumado a mi cambio mental, hace que las cosas sean posibles. Muchas veces creemos que los que están arriba tienen un don, pero simplemente trabajan mucho.
-Usted es muy 'currante'. Llega a las 11 a la pista y hasta las 14 no se va.
-Trabajamos el cuerpo en su plenitud. Lo construímos. No todo son series. Hay aspectos que se escapan, que son pequeños matices que luego son clave. Como el trabajo de tobillos, la mejora del ciclo posterior, la técnica de carrera... Esa es la diferencia entre los atletas que van un poco más allá y los que no. Mi entrenador Jesús Álvarez ha encontrado la fórmula perfecta para mí.
-Entonces si mejora la velocidad un poco y gana ritmo, ¿qué esperamos de Sergio Fernández?
-No lo quiero decir muy alto, pero creo que mejorar mi marca personal. Y mi sueño en un futuro sería bajar de 48.00. No descarto ser un hombre de 47 segundos.