Fermín Cacho: de oro olímpico a industrial del algodón
Nació en Soria, pero vive en Andújar tras casarse con Susana. Tiene cuatro hijas e invierte en plantaciones, que gestiona su cuñado Alonso.
El soriano Fermín Cacho (Ágreda, 12 de febrero de 1969) protagonizó una de las grandes gestas de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992: oro en los 1.500 metros. Su imagen llegando a la meta con los brazos extendidos y con gesto de alegría incontenida no sólo dio la vuelta al mundo, sino que se convirtió en un icono.
No fue casualidad, porque posteriormente cosechó otros grandes éxitos. Hasta que se retiró en 2003. Está casado con Susana y tiene cuatro hijas: Macarena (17 años), Patricia (15), Paola (12) y Daniella (3). Fermín dice que ella, Daniella, es la reina de la casa, pero sin duda el rey absoluto es él, mimado por todas sus chicas.
Fermín dio el aldabonazo en los Juegos de Barcelona, coincidiendo casi con la victoria del equipo de fútbol. Tras su victoria, el entonces Rey Juan Carlos y Doña Sofía quisieron recibirle en el palco. “Estaba más nervioso allí que antes de la carrera”, recuerda el mejor atleta español de todos los tiempos. Me dijeron que no me acercase a los Reyes hasta que ellos se acercasen a mí, que nos les hablara antes de que ellos hablasen… y cuando entré en el palco el Rey me dio un abrazo y me dijo que cómo había pasado por dentro, que cómo había ganado así… Le contesté que si tenía que haber pasado por fuera también habría ganado. Y ante el abrazo le dije ‘Majestad, que estoy sudado”. Cierto es que posteriormente reconoció que no estaba seguro de haberlo dicho o haberlo pensado.
Al año siguiente fue subcampeón mundial; en 1994, campeón europeo, en 1996, subcampeón olímpico… Y tuvo el récord de Europa de 1.500 metros, batido posteriormente por Mou Farah, un británico nacido en Somalia. Sigue siendo el más rápido en el kilómetro y medio entre los atletas nacidos en Europa.
Supo invertir el dinero que ganó con el atletismo y llegó a ser propietario de un hotel en Soria, en el que a veces se alojaba el Real Madrid de fútbol cuando tenía que enfrentarse allí con el Numancia en los años en que el club soriano estuvo en Primera.
Se casó con Susana en 1997, en Andújar (Jaén), en una boda multitudinaria, interminable. Y allí se fue a vivir, abandonando Soria, donde compartió casa con Abel Antón, doble campeón mundial de maratón (Atenas 1997 y Sevilla 1999), en la que residió con los padres de éste, como un hijo más. Tuvo un par de tiendas de deportes a medias con su amigo y compañero, Antón & Cacho.
Tras desplazarse a Andújar vendió el hotel soriano. También se desprendió de las tiendas deportivas, que pasaron a ser íntegramente de Abel. E invirtió en tierras de labor, en plantaciones de algodón, con su cuñado Alonso, que es el lleva la gestión del negocio.
En la etapa de José María Odriozola como presidente fue en alguna ocasión jefe de equipo de la Selección Española, pero después apoyó a Vicente Año en las elecciones de 2012.
Atento seguidor del atletismo, corre “unos cuatro días a la semana, poco a poco”. Y, forofo como es del Real Madrid, espera con ansiedad la final de la Champions. Vibrará con la Duodécima.