Oinatz ante la final del mano a mano: "Es David contra Goliath"
Una vez más, polémica en la elección de las pelotas para el partido del domingo en Bilbao, ya que Bengoetxea ve "excesiva" una del vigente campeón, Irribarria.
La ceremonia de elección de pelotas para las finales trae polémica desde el nacimiento del deporte del frontón en Euskadi. Este año se ha variado el sistema, pero sigue la amargura de cara a la final del Manomanista, que tendrá lugar el domingo en Bilbao. Ahora cada empresa (Asegarce y Aspe) pone en liza 10 y sobre esas 20, el seleccionador, Kepa Peñagarikano, elige diez antes de la final para que cada pelotari se decante por dos. El foco en el Bizkaia bilbaíno recayó en cueros de 106 y 106,7 gramos por un lado (Irribarria) y 106,9 y 105,6 por otro (Oinatz). Saltó la banca con una del primero, por "excesiva", según relató el rival.
"Una pelota de las suyas es excesiva, no le quiero dar más importancia porque en el Parejas tuve una mala experiencia, lo pasé mal y fue demasiado. Las mías me han gustado y la otra de él, en el partido se verá....", protestó Bengoetxea VI. En efecto, en el Parejas montó en cólera por el material y luego le descentró hasta la final. "Me sorprendió, me dijeron que se iba a medir mucho el material, así que hoy soy mucho más cauto, no le voy a dar más importancia. Ya veremos en el partido si tengo razón o no".
Irribarria, que defiende la txapela, se quitaba la polémica de encima como una mota de polvo: "No es excesiva la pelota que dice. Cada uno quiere las que le van bien y a él le van las suyas. No hay que darle tanto bombo. No son muy diferentes. Las pelotas están elegidas de antes, si hay excesivas salen quejas, si son demasiado bajas, también... no le veo el truquillo", explicó el pelotari que viste de colorado por el título conquistado en 2016.
El joven Irribarria atesora dos txapelas de campeonatos, ya que también ha ganado el Parejas. Pero aparenta tranquilidad. Dice que no le da muchas vueltas a la final. "Mi objetivo es ganar, llevar la txapela a casa y conseguirla. Vértigo no te da, es lo que quiero, entrenas todo el año me da ilusión y ganas de seguir trabajando". Las características del frontón también traen cola, ya que al ser lento va bien para Iker. "Es mejor para mis caracteristicas, pero lo que me preocupa es que si tiene un buen día, da igual en qué frontón se juegue. El en general es un artista delante, te enreda, hace el tanto como quiere, hay que intentar escapar. Los que han caído en su red les ha ganado, saca bien del txoko al ancho y del txoko al txoko".
Oinatz lo ve claro: "Mi juego es con los efectos y aquí no lo agradecen tanto, pero bueno, es una final, es como un regalo después de tantos años como profesional y tantas batallas. Él tiene más poder, es un David contra Goliath, intentaré hacer un gran partido". Una comparación un tanto excesiva, como admitió el propio Iker. "Si está en la final será por algo, porque ha ganado a dos grandísimos campeones, les ha pasado por encima. Si para él es así, para mí, no, lo de favorito no te da ningún tanto, a ver quién es David y quien Goliath en la final".
Para Iribarria se abría en 2016 un mundo nuevo, el de la primera linea de la pelota. "El año pasado era todo nuevo, este lo llevo mejor". Su pegada es descomunal, como indicó Bengoetxea: "Es el pelotari que marca la diferencia en el mano a mano. Tiene mucho más poder en frontones lentos, le da más tiempo, tiene más golpe me va a tocar jugar desde lejos pero vengo a darlo todo en la cancha, por mis características no me va el frontón, es un reto complicado. A bote le da tanto como Juan (Irujo), pero tiene más sotamano, atesora un golpe excepcional, nunca ha habido un sotamano de zurda y derecha con ese potencial, hace mucho daño". Para Irri, no sólo cuentan los martillazos: "El que más le pega tiene mucho ganado, pero si delante no acabas es difícil ganar un partido. El año pasado todo era nuevo, con partidos que ni yo mismo imaginaba; la presión fue demasiada, aprendes de eso".
Por lo demás, Oinatz afirmó que llega bien, ha hecho buenos entrenamientos y se encuentra a punto. "Espero el día, estoy al cien por cien". Ha dejado en la cuneta a campeones como Aimar y Urrutikoetxea: "Estoy tranquilo, en el mejor momento de mi vida, me están saliendo las cosas. Iker es un fenómeno en el mano a mano, pero vengo con ilusión. Tiene una gran defensa con las dos manos, expande, coge altura. Si aciertas a sacar, perfecto". Asume que esta txapela le haría tanta ilusión como la primera, en 2008. "Sería algo muy grande, quedar campeón es muy difícil, te tienes que batir contra el mejor y ese es el reto. Es algo bonito y estoy con ganas".