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Alfredo Evangelista: “Perder con Ali a los puntos fue una victoria”

Alfredo Evangelista aguantó, hace 40 años, 15 asaltos al Más Grande. “Me subí al avión creyendo ir a Francia... y era a Nueva York”.
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Alfredo Evangelista: “Perder con Ali a los puntos fue una victoria”

Un asalto puede cambiar todo en el boxeo. Para Alfredo Evangelista fueron 15, los mismos que resistió a Muhammad Ali. Tenía 22 años y 16 combates cuando firmó la pelea, iba a ser su primer título. Ali contaba con 35 primaveras y un reinado como campeón mundial por dos organismos (CMB y AMB) de tres años, derrotando entre otros a George Foreman o Joe Frazier. Poco le importó a Evangelista, que dejó claro su arrojo al conocer a Ali. “¡Es un viejo. Acabaré con su reinado!”, sentenció. Ali se rió a carcajadas. “Te destruiré en el quinto asalto”, replicó.

Evangelista no había preparado nada, de hecho se enteró del combate camino a Estados Unidos. “Me habían comentado la posibilidad de medirme a Ali, pero después no me repitieron nada. Me monté a un avión dirección Francia para firmar el Europeo, o eso creía. Cuando estaba a punto de despegar me lo dijeron. Vamos a Nueva York, firmarás con Ali. Me quedé helado, ¡qué viaje!”, recuerda Evangelista con su característico acento charrúa, el cual no ha perdido tras casi medio siglo en nuestro país.

El anuncio fue un shock. “Llegué a Nueva York y tenía una limusina esperándome. ¡Parecía el campeón! Cuando volví a España hice la preparación en Los Ángeles de San Rafael, y tenía un medico solo para mí a diario. Nunca pensé que viviría eso”, apunta. El 16 de mayo de 1977 llegó, Evangelista se puso cara a cara ante El Más Grande. Han pasado cuarenta años, pero al rememorarlo, Evangelista se vuelve a ver en el ring.

Imagen del combate entre Alfredo Evangelista y Muhammad Ali en 1977.
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Imagen del combate entre Alfredo Evangelista y Muhammad Ali en 1977.DIARIO AS

Sonó la campana y Ali hizo uno de sus característicos bailes provocadores. Evangelista le imitó. El público no paraba de reír. “Lo estudié. Por ejemplo cuando hacía la bicicleta soltaba un golpe, lo sabía y di un paso atrás. Lo dejé perplejo”, evoca entre risas Evangelista. Durante los seis primeros asaltos el charrúa dominó. Todos pensaban en una victoria rápida de Ali, pero el joven resistía. Ali no era el mismo, picaba como una abeja, pero no volaba como una mariposa. Le costó, pero aun así, acabó ganado.

“Evangelista, un jabato”, tituló AS al día siguiente. El mundo se puso a los pies del español. “Perder a los puntos fue una victoria”, reconoce. Su vida cambió. Ya en España, la afición le recibió entregada. Había hecho historia. Su carrera continuó y su combate en Maryland le abrió muchas puertas. Cuatro meses después fue campeón de Europa, título que ganó dos ocasiones más, pero faltaba el Mundial.

Vida. Lo intentó en 1978 ante Larry Holmes, pero se le volvió a escapar. Colgó los guantes en 1988, con sólo 33 años y 61 victorias (41 KO), 13 derrotas y 4 combates nulos. Lejos del ring su vida fue difícil. No administró bien su dinero y tuvo problemas con la justicia. Los superó, al igual que un cáncer. A sus 62 años vive en Zaragoza, donde trabaja y entrena. “Lo más grande que hice fue pelear con Ali. Mi nombre siempre quedará grabado al suyo y se me recordará por eso. Ali es único”, reconoce sin titubeos. De leyenda a leyenda.