La MLB se ve obligada a poner orden entre Red Sox y Orioles
La escalada en el enfrentamiento entre Boston y Baltimore lleva a la oficina del comisionado Rob Manfred a establecer disciplina entre los rivales divisionales.
Lo que empezó con un slide tardío de Manny Machado sobre Dustin Pedroia el pasado 21 de marzo en el inmejorable Oriole Park en Camden Yards no ha dejado de tener capítulos cada vez más rudos en el siempre reñido duelo divisional entre Baltimore Orioles y Boston Red Sox, uno que ha obligado a la propia oficina del comisionado Rob Manfred a tomar cartas en el asunto para evitar que alguien salga muy perjudicado o incluso en camilla tal como iban los acontecimientos.
“Ya es suficiente”.
Y es lo que se empezaba a desear por parte de todos los que aman este deporte, que tiene su propio código y que rozaría (o alcanzaría) las reglas del Lejano Oeste, con la excepción de que el siempre interesante duelo no tiene que acabar con el perdedor en el camposanto del pueblo de rigor.
No, no es necesario llegar a ese punto.
Curiosamente, la primera víctima de este toque de atención ha sido el equipo que ha mantenido un perfil más bajo en este pleito, más allá del slide de Machado o el HBP de Dylan Bundy sobre Mookie Betts, el sándwich cuyo contenido fue el peligroso envío de Matt Barnes sobre el propio Machado. Y no nos olvidamos de ese lanzamiento especialmente peligroso sobre Andrew Benintendi en la reciente serie en Boston.
La curva de 77 millas por hora de Kevin Gausman sobre Xander Bogaerts y que le golpeó en plena espalda se saldó con el primer expulsado del enfrentamiento, con un pitcher abridor de los Orioles desesperado, repitiendo que era una curva y no la clase de lanzamiento (ni la velocidad) para mandar un mensaje o mantener vigente el ojo por ojo de la riña. Los árbitros ya estaban avisados, casi en plan Defcon 1, ante cualquier situación que se presentase y que se tomara decisiones al respecto.
Por supuesto, no era esto que envió Chris Sale a Manny Machado.
El absurdo comportamiento por parte de ambas franquicias, ese “y tú más” nos ha llevado a esta decisión sumarísima, posiblemente injusta por la expulsión de Gausman y no la de Sale (que no se librará seguramente de una sanción todavía por determinar) para evitar que la sangre llegue al río.
Y que, por fin, estos dos equipos se dediquen a lo que se les da tan bien, es decir, jugar al béisbol que para lo que se les paga, dejando los duelos de pistoleros para los western.
P.D: Como parte de los 19 enfrentamientos que se producirán a lo largo de 2017, Red Sox y Orioles no volverán a cruzarse en el calendario hasta los cuatro partidos en Boston entre 1 y el 4 de junio. Confiemos en que el buen juicio impere para entonces.