AS COLOR: NÚMERO 255
Ferrán Latorre tras su último grande
Abril ha sido el mes elegido por Ferrán Latorre para su próxima expedición al Himalaya con destino al Everest, el único ochomil que le queda para completar los catorce.
El mes de abril llevaba mucho tiempo marcado en rojo en el calendario de Ferrán Latorre. El alpinista barcelonés, aprovechando la llegada de la primavera y con ella una meteorología más benigna, partió el pasado día 9 hacia el Everest con el objetivo de hacer cima en la montaña más alta de la Tierra (8.848 metros), la que supondría su decimocuarto ochomil y le convertiría en el primer catalán que conquista las 14 montañas más altas del mundo sin oxígeno artificial, un proyecto denominado CAT 14x8000: “Creo que para cualquier alpinista el 14x8000 es un proyecto bonito y espero poder acabarlo este año. Además, personalmente, me hace especial ilusión poner los pies en las catorce montañas más altas del planeta”.
Para ello tiene ante sí un desafío casi tan grande como el coloso que pretende escalar: subir el Everest, con la dificultad que esta montaña conlleva, con el peligro añadido de hacerlo sin oxígeno: “Estoy muy ilusionado y con muchas ganas de escalar el Everest, ya que se trata del reto final de un proyecto de vida”, dijo Latorre recientemente en la estación de esquí La Molina, en un acto organizado por las firmas deportivas Hagan, Fritchi, Inook y Montana. Ferrán confesó sentirse “estresado” por los preparativos pero “con la máxima motivación”, y reconoció que “subir una montaña como el Everest requiere controlar muchas variables diferentes”. En cuanto a su mayor preocupación de cara a esta aventura, el alpinista de Vic lo tiene claro: “La preparación física. Es fundamental llegar bien preparado físicamente para tener las máximas garantías posibles. Por eso me estoy entrenando lo mejor que puedo”, reconocía apenas unos días antes de su partida.
Ferrán Latorre (Barcelona, 1970) pugna con su paisano Óscar Cadiach (Barcelona, 1952) por ser el primer catalán en hacer historia en el mundo del alpinismo moderno. Ambos tienen en su palmarés 13 de los 14 ochomiles. Los dos están a falta de uno para completar la hazaña. Aunque ninguno de los dos ha mostrado nunca el más mínimo afán de competición con respecto al otro, —“no competimos entre nosotros, el reto lo propone la montaña y cada uno lo afronta por su cuenta”, comenta Ferrán— ambos reconocen que “cierta rivalidad es inevitable”. En esta primavera de 2017 podría deshacerse definitivamente el empate que existe hasta el momento entre los dos: “Sería muy bonito que los dos acabásemos el mismo año y el mismo día, pero eso no será posible. Lo importante es que tanto Óscar como yo podamos subir los catorce ochomiles, porque creo que ambos lo merecemos”, añade.
A Latorre sólo le falta el Everest, cuya cima pretende atacar por la cara Norte; mientras que Óscar Cadiach necesita hollar la cumbre del Broad Peak (8.047 m). En 2013 el veterano montañero se quedó a sólo 20 metros de la cima, pero no pudo lograr su objetivo. En 2015, en su segundo intento, también se vio obligado a abandonar debido al mal tiempo. Finalmente, en verano de 2016 volvió a fracasar hasta en tres ocasiones, de nuevo por unas condiciones meteorológicas adversas y por el peligroso estado de la nieve en las cotas altas de la montaña: “Ya es una cuestión de orgullo. O cae la montaña, o caigo yo”, señaló Cadiach en relación a una cumbre que se le está resistiendo más de lo esperado y que volverá a intentar este verano.
Pisar la cima de los 14 ochomiles del planeta es algo que sólo han conseguido treinta y tres alpinistas en todo el mundo, un dato que permite hacerse una idea de la dificultad del proyecto. El primero en hacerlo fue Reinhold Messner, en 1986. Ferrán Latorre está a sólo un paso de convertirse en el número treinta y cuatro y de culminar con éxito una aventura que comenzó hace justo 18 años, cuando coronó la cima del Annapurna en abril de 1999. Después irían cayendo poco a poco todos los demás hasta llegar al Nanga Parbat, en julio de 2016, precisamente el más difícil de los trece ochomiles de Ferrán: “La ascensión al Nanga Parbat ha sido la más dura de mis trece ochomiles. Psicológicamente se me hizo muy duro. Hasta tal punto que llegué a plantearme si realmente merece la pena arriesgar tanto para llegar allí arriba”.
Menos de un año después, el alpinista catalán se ha puesto de nuevo los crampones y ha cogido el piolet para volver a estar allí arriba. Ya se encuentra en el Himalaya. Partió el 9 de abril y si todo va según lo previsto, permanecerá allí aproximadamente dos meses antes de regresar a casa. Una vez en el campo base, su idea es realizar un periodo de aclimatación de unos 30 o 35 días antes de acometer la subida. Contará con dos compañeros de cordada: el austriaco Hans Wenzl y el rumano Horia Colibasanu.
Si su expedición termina con éxito, Ferrán Latorre se convertirá en el quinto español que puede presumir de haberse asomado a las catorce azoteas de La Tierra, siguiendo los pasos de Juanito Oiarzabal, Alberto Iñurrategui, Edurne Pasaban y Jorge Egocheaga (sin contar al aragonés Carlos Paunier, cuya ascensión al Shisha Pangma en mayo de 2012 está rodeada de polémica al no existir la certeza de que realmente alcanzara la cima de esta montaña).
Puede parecer paradógico que sea precisamente el Everest, una montaña que la mayoría de los alpinistas suele tener como primer objetivo en su lista de ochomiles, sea la última para Ferrán Latorre, la que ponga el broche de oro a una completísima y exitosa carrera deportiva, a toda una vida dedicada en cuerpo y alma a la montaña: “El Everest es la montaña que peor me ha tratado y la que más ilusión me hace subir. Es mi sueño desde que era un niño. He estado seis veces allí y he vivido un poco de todo”.
Ferrán es consciente de la dificultad que entraña el reto que tiene ante sí: “El Everest, para mí, es el más difícil de todos los ochomiles. Sin oxígeno artificial es la montaña más dura. Sus más de 8.800 metros suponen mi límite deportivo y por eso sigue siendo una incógnita para mí. No tengo muy claro cómo va a ir la expedición. Me he preparado a conciencia y he estado entrenando mejor que nunca. De lo que sí estoy seguro es de que a veces me crezco ante las dificultades y eso me invita a ser optimista”.
Los 13 ochomiles de Ferrán Latorre:
Annapurna (8.091 m). 29 de abril de 1999.
Shisha Pangma (8.013 m). 4 de octubre de 2005.
Broad Peak (8.051 m). 12 de julio de 2007.
Dhaulagiri (8.167 m). 1 de mayo de 2008.
Manaslu (8.156 m). 5 de octubre de 2008.
Kangchenjunga (8.586 m). 18 de mayo de 2009.
Lhotse (8.516 m). 22 de mayo de 2013.
Cho Oyu (8.201m). 26 de septiembre de 2013.
Makalu (8.481 m). 23 de mayo de 2016.
Nanga Parbat (8.126 m). 25 de julio de 2016