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NFL Draft 2017

Jamal Adams, de la casta de Bill Belichick le viene al galgo

Uno de los mejores jugadores de la clase que se presenta al Draft de la NFL en 2017 es hijo de un ganador del anillo en los New York Giants.

Jamal Adams, de la casta de Bill Belichick le viene al galgo

Si sois aficionados a leer perfiles de chicos que se presentan al Draft de la NFL habréis comprobado que sobre Jamal Adams, que juega de safety, hay una cierta unanimidad: tiene talento como para ser número uno de la promoción sino fuese por dos motivos cruciales. El primero de ellos es la presencia de Myles Garrett, que es un jugador de los que pasan sólo una vez de cada tanto. Y el segundo es su posición, la de safety, que no tiene tanto valor como para gastar todo un número uno en ella.

Es debatible este último extremo, pero entendible. Aunque los safeties son cada vez más apreciados, y la tendencia de los esquemas defensivos en la competición van a hacer que esa idea vaya en aumento, aún no pueden ponerse al mismo nivel que un pass rusher, hoy en día la pieza más codiciada por las defensas.

Sin embargo, veréis muy pocas alusiones a los agujeros en su juego, en sus talentos, o en su personalidad. Porque apenas tiene. Está claro que ningún jugador es perfecto, y que nadie sabe como van a evolucionar las promesas dentro de la NFL, pero Jamal Adams es uno de esos chicos que parecen una apuesta segura y que no debería caer del top cinco.

Desde el instituto es un jugador especial. Fue calificado como un cinco estrellas y un top diez general de la clase cuando tuvo que dar el salto a la universidad. Fueron muchas las instituciones que le quisieron, pero se lo acabó llevando Les Miles para LSU, equipo con enorme pedigrí en los últimos tiempos para la secundaria (Patrick Peterson, Tyrann Mathieu, Eric Reid, Morris Claiborne...). Allí jugó tres años que pasaron del muy bueno al espectacular sin parada y fonda.

Y tiene algo que a los equipos de la NFL gusta mucho: un pasado muy próximo a él en la liga. Alguien que sabe como funcionan las cosas en la organización, cómo comportarse y cómo ser un buen profesional. Nada menos que su padre, George Adams, jugó en los años 80 para los New York Giants y en los 90 para los New England Patriots.

George Adams fue un corredor de la universidad de Kentucky y también fue una primera ronda del draft, en concreto el número 19. Le eligieron los Gaints de Bill Parcells, que estaban montando una defensa impresionante en torno a Lawrence Taylor y a un joven coordinador defensivo llamado... Bill Belichick.

Con Belichick, en 1986 esa defensa dejó en 3 puntos a los 49ers y en 0 a los Redskins en los playoffs de la NFC y le ganó la Super Bowl XXI a los Denver Broncos. Fue el primero de los siete anillos que adornan el curriculum de Belichick.

Adams jugaba en ataque, claro, pues era running back. En 1985, su año rookie, logró 498 yardas y, por desgracia, nunca logró repetir esa cifra hasta su retirada en 1991. Una lesión de cadera en el training camp de la temporada 1986 le dejó todo el año sin jugar, el año de la Super Bowl, y su nivel jamás se recuperó. Estuvo tres años más en los Giants y otros dos en los Patriots sin poder demostrar que valía aquella primera ronda.

Su hijo, esperemos, tendrá más oportunidades de demostrar que de casta le viene al galgo.