Previas MLB 2017: Colorado Rockies
Su esencia: Nacidos para batear en las Grandes Ligas
Desde su estreno en 1993, la franquicia de Colorado Rockies se caracteriza por un ataque que ocultaba sus carencias desde el montículo.
Si lo que a usted le gusta, amigo, son los descomunales batazos que desaparecen en el horizonte una y otra vez y no es un gran aficionado al arte perdido del pitcheo, entonces los Rockies son para usted. A lo largo de sus 24 temporadas han encabezado la liga en carreras ocho veces, y 13 veces en bateo, incluyendo cuatro de los últimos cinco años. Solo en tres ocasiones un lanzador ha encabezado al equipo en WAR al término de una campaña. Su mote “Los Bombarderos de la Calle Blake” lo resume todo, pues los Rockies van a batear, eso es un hecho. Pero también es una garantía que eso no significa triunfos, pues apenas tienen tres viajes a la postemporada y una sola aparición en la Serie Mundial (2007).
Propietario: Charlie y Dick Monfort **
Charlie y Dick Monfort fueron parte del grupo original de dueños y poco a poco fueron adquiriendo la porción controladora del equipo. Sin embargo, su éxito empresarial primero al frente de la empaquetadora de carne de la familia, y posteriormente con la adquisición del equipo, no se ha traducido en grandes logros deportivos.
Manager General: Jeff Bridich ***
Dicen que un catcher siempre tiene una visión distinta del béisbol. Un cátcher de Harvard debe ser algo único. Jeff Bridich cumple con esos requisitos y un poco más. Tras graduarse de Harvard trabajó cuatro años en la oficina de Grandes Ligas antes de ser contratado por los Rockies para encabezar las operaciones de Ligas Menores. Bajo su mirada, los Rockies han desarrollado a Nolan Arenado y Trevor Story. Promovido al cargo de gerente, uno de sus primeros actos fue apretar el gatillo en el canje de Troy Tulowitzki a Toronto a cambio de José Reyes y de quien actualmente es el segundo mejor prospecto en la organización, Jeff Hoffman. Tiene buen ojo.
Entrenador: Bud Black ***
La llegada de Black para esta temporada al frente de los Rockies está repleta de ironías y paradojas. Black fue lanzador de Grandes Ligas durante 15 campañas e incluso ganó una sortija de Serie Mundial como coach de pitcheo con los Angels en 2002, pero ahora llega a un equipo en el que tiene muy poca materia prima con qué trabajar en ese sentido. Además, Black es un estratega que durante sus nueve temporadas nunca supo lo que era dirigir en playoffs, aunque en su defensa, todo ese tiempo fue al frente de San Diego. Ahora llega a un equipo que tiene siete temporadas sin un viaje a playoffs. Tal vez juntos se puedan cambiar la historia mutuamente.
Su gran estrella: Carlos González
En sus ocho años en Denver, CarGo se ha convertido en el rostro de una franquicia plagada de toleteros. El venezolano está al nivel de ellos con promedios de 24.6 jonrones y 78 producidas por campaña, pese a jugar apenas un promedio de 122 partidos por temporada.
Estrella ofensiva: Nolan Arenado
Con tan solo 25 años de edad, Arenado es un miembro digno de esa generación de jóvenes estrellas que dominarán la Gran Carpa durante buena parte del futuro inmediato, o al menos eso es lo que parece cuando se le ve sobre el campo. Solo basta darle un vistazo a sus números para entender el motivo. No solo es un bateador a la altura de los cañoneros de la franquicia como Larry Walker o Vinicio Castilla, sino que ya presume de cuatro Guantes de Oro en la antesala. Con 42 y 41 jonrones en las últimas dos temporadas, Arenado se ha establecido como la principal arma de los Rockies. Aunque su reputación se mantiene como la de un bateador que aprovecha la altura de Coors Field, en donde ha disparado 66 vuelacercas.
Pitcher estrella: Tyler Chatwood
Obtener la designación de pitcher estrella en una rotación como la de los Rockies no parece algo muy meritorio. Y la marca de por vida de Chatwood de 32-31 no hace mucho por disipar alguna duda. Sin embargo, el derecho ha dado más de una muestra de calidad durante una carrera sesgada por dos operaciones de ligamentos de codo. La campaña anterior, la primera en un contrato de dos años con los Rockies, tuvo la mayor cantidad de aperturas, entradas y ponches en su carrera. Su marca de 12-9 y su efectividad de 3.87 son bastante aceptables considerando que la mitad del tiempo lanza en la altura de Denver y en los vastos confines de Coors Field. Una buena temporada podría garantizarle un gordo contrato en la agencia libre.
Coors Field: paraíso de los toleteros
Los Rockies han hecho de todo para que el Coors Field deje de ser un paraíso de jonrones. Alejaron las bardas, lo que solo generó más extrabases, pusieron calefacción subterránea, colocaron humidificadores para las esféricas, que solo provocan jonrones con cierto grado de humedad. Sin embargo, Coors Field sigue siendo uno de los destinos consentidos de la ciudad, a pesar de que ya es el tercer estadio de mayor edad en la Liga Nacional (Wrigley Field, Dodger Stadium). Apuesto a que ahora se sienten viejos.
El paraíso definitivo para los bateadores.
No hay mejor campo para los bateadores en la MLB. La clave no es tanto la altitud, que también ayuda, sino que el outfield tiene unas dimensiones enormes que ayuda al ataque de forma exponencial. Los pitchers sufren como nadie aquí.