Carson Palmer se ‘marca’ un Ben Roethlisberger
Al igual que en el caso del quarterback de los Pittsburgh Steelers, el jugador de los Arizona Cardinals no tiene claro si podrá seguir jugando.
La temporada de la NFL ha terminado hace escasas semanas para la inmensa mayoría de los equipos de la competición, y mientras algunos se preparan para la cita del año en la Super Bowl 51 en Houston, otros realizan un ejercicio de introspección y se plantean las preguntas que llevan acosando a la Humanidad desde el principio de los tiempos.
“¿Quiénes somos?”, “¿A dónde vamos?”, “¿De dónde venimos?”… “¿Jugaré el año que viene en la NFL?”
En ese momento de crisis existencial se encuentra el bueno de Carson Palmer, quarterback de los Arizona Cardinals, que a sus 37 años de edad recién cumplidos el pasado 27 de diciembre, ve que lo que le queda por delante en la National Football League es significativamente menor que lo que ya ha recorrido en sus catorce años de esta dura profesión.
Dan Bickley, periodista de AZCentral.com, ha sido el destinatario de la confesión de Palmer, que le ha dicho que cuenta con ser el quarterback de los Cardinals si su cuerpo aguanta durante la offseason.
“Supongo que nada es oficial hasta que lo es, pero me gustaría jugar si mi cuerpo responde como espero”, comentó Palmer.
Lo primero de todo es subrayar que Carson tiene un salario base de 15.5 millones de dólares más un bonus de 2 millones más por estar en el roster del equipo el 13 de marzo para 2017 y 12.5 millones de base y un bonus de 1.5 por figurar en la plantilla en 2018.
No olvidemos que los bonus por haber firmado el contrato en su momento y que tienen un valor de 4.25 millones por cada una de las temporadas tendría que ser devuelto.
¿Ha dado Carson Palmer su último pase en la NFL?
Rotundamente no… o eso queremos pensar. Es cierto que Carson Palmer tiene un desgaste considerable a lo largo de su carrera, con problemas físicos de todo tipo que casi podemos señalar antes las zonas que no vienen ‘cascadas’ que las que sí lo están, que seguro que son menos.
Además, el quarterback viene de hacer un año muy inferior al del 2015, donde fue uno de los finalistas a un MVP que terminó llevándose Cam Newton y donde Carson pasó para la mejor marca de yardas de pase en su carrera con 4671, más 35 touchdowns y sólo 11 intercepciones que dieron lugar a un rating de 104.6.
Una temporada para enmarcar, se mire como se mire.
Sin embargo, en 2016 las cosas no salieron todo lo bien que se esperaba, tanto a título personal como a nivel colectivo, con unos Cardinals que nos decepcionaron a muchos y que se quedaron fuera de los playoffs.
Todo ello se puede relacionar perfectamente con el caso de Big Ben en los Steelers, alguien que está suficientemente curtido y que prefiere ‘guardarse las balas’ para los momentos de la verdad, que es cuando arranque la temporada regular en lugar de preseason y otros entrenamientos voluntarios o no.
No obstante, nadie sabe mejor el estado de su cuerpo que el propio Carson Palmer y nuestra ilusión es volver a verle en 2017, con las pilas nuevamente cargadas y con el espíritu competitivo para que los Cardinals vuelvan al lugar que les corresponde, que es la lucha por los playoffs… y algo más, que ya va tocando en el desierto.