Los 49ers sorprenden y arriesgan al nombrar John Lynch como GM
San Francisco ha anunciado el acuerdo de seis años con la exestrella de los Buccs y Broncos para gestionar la histórica franquicia al lado del nuevo entrenador, Kyle Shanahan.
Los San Francisco 49ers ya tienen un nuevo general manager.
Será John Lynch, el exsafety estrella de los Tampa Bay Bucaneers y Denver Broncos y futuro Hall de la Fama de la NFL. El campeón del Super Bowl XXXVII y nueve veces elegido para el Pro Bowl trabajaba actualmente como comentarista del canal Fox Sports y ahora tendrá la responsabilidad de reconstruir la histórica franquicia californiana al lado del nuevo entrenador, Kyle Shanahan.
El anuncio del acuerdo de seis años (¡¡¡SEIS AÑOS!!!) con John Lynch cayó como una bomba en la comunidad de la NFL, un mundo donde muy pocas veces se logra mantener temas como este en secreto. Sorpresa porque el exjugador no tiene ninguna experiencia en gestión o en reclutamiento de jugadores y también porque su nombre no ha sido citado en ningún rumor relacionado al puesto vacante en San Francisco y tampoco sonó para otros trabajos de despacho en la liga.
Hasta el domingo por la noche, lo que se sabía era que los 49ers habían entrevistado oficialmente a nueve candidatos, todos con experiencia en diferentes niveles, sea con gestión deportiva u ojeo. George Paton, de los Vikings, y Terry McDonough, de los Cardinals, fueron llamados para una segunda entrevista con Kyle Shanahan el sábado pasado y todo apuntaba para que el trabajo sería de uno de los dos. Pero desde el viernes distintos medios de comunicación de la Bahía de San Francisco empezaron a rumorear que habría un tercero y misterioso candidato.
Resulta que era John Lynch.
Según Adam Schefter, reportero de ESPN, Lynch llamó la semana pasada a Kyle Shanahan para demostrar su interés por el puesto. Su relación con el padre del futuro entrenador de los 49ers, Mike, su extécnico en Denver, ayudó en el acercamiento de los dos. El propietario de la franquicia de San Francisco, Jed York, le gustó la idea de emular el éxito de los mismos Broncos que han nombrado a John Elway como su general manager en 2011 y han ganado un Super Bowl menos de cinco años después.
La única experiencia de Elway antes de asumir el mando de los Broncos era como propietario de un equipo en la Arena League.
En vez de tener un ojeador de toda la vida como general manager, la idea es tener una leyenda de la liga como un gestor de personas, como la cara de su franquicia, responsable de cambiar la cultura de la organización y rodearle de buenos ojeadores para suplir al nuevo entrenador estrella con los jugadores que él necesite.
Muchos recordarán el fracaso rotundo de Matt Millen como GM de los Lions entre 2001 y 2008. Pero el exlinebacker de los Raiders y entonces comentarista recibió poder absoluto sobre las operaciones del equipo de Detroit, cosa que Lynch no tendrá.
Kyle Shanahan – una de las mentes más creativas y visionarias de la NFL en la actualidad - tendrá las llaves del coche, el poder de decisión de quien llega, se queda o se va del equipo. Lo que deja a John Lynch una función mucho más de gestión que de ojeo o reclutamiento.
Tener a un exjugador muy respetado como el líder del club puede ser muy atractivo, por ejemplo, a la hora de entrevistar a agentes libres y convencerles de fichar por una franquicia que ha tocado fondo desde la revoltosa salida de Jim Harbaugh. Vale que en la NFL no es algo corriente, pero en la MLB y NBA es algo corriente fichar a exjugadores para cargos de gestión.
El hecho de que John Lynch exigiera a Jed York que su nombre no se hiciera público a no ser que él fuera contratado dice mucho de su personalidad. Según distintos medios de comunicación, Lynch no quería pasar la impresión de que él estaría usando su trabajo como comentarista como puente para volver a la NFL.
Conocido como uno de los grandes líderes de su generación y uno de los mejores safeties de la historia de la liga, Lynch tiene una conexión muy cercana con los 49ers, mismo no habiendo jugado con rojo y dorado en su carrera.
John Lynch jugaba de fútbol americano y béisbol en la Universidad de Stanford y fue elegido en segunda ronda del draft de la Major League Baseball por el Florida Marlins en 1992. El joven había justo cambiado del ataque (era quarterback) para la defensa y su carrera como pelotero parecía mucho más prometedora que como aplacador con el balón ovalado.
Pero justo antes de anunciar la decisión de que iba dedicarse totalmente al pitcheo, Bill Walsh, exentrenador leyenda de los 49ers, le llamó para ver películas con jugadas de Lynch en sus escasos 10 partidos como safety. Y editados con los placajes e interceptaciones, Walsh puso jugadas similares de nadie menos que Ronnie Lott.
“Tú puedes ser uno de los grandes si te quedas en el fútbol americano”, le dijo Walsh.
Lynch se lo creyó, siguió jugando los dos deportes y, tras una llamada de Bill Walsh a Sam Wyche, entonces entrenador de los Buccs, el equipo de Tampa Bay le drafteó y el resto es historia.
El fichaje de John Lynch es a la vez un gran riesgo y una gran apuesta de los San Francisco 49ers.
La liga evoluciona y a mí me gusta la idea de tener un exjugador como la cara de la franquicia y delegar las funciones de ojeo y reclutamiento. Lo más importante ahora es rodearle a él con buenos ojeadores. Ya suenan el exgeneral manager de los Buccs Mark Dominik y el mismo Mike Shanahan.
“Nada es garantizado en este negocio”, afirmó Jed York la madrugada de este lunes a Peter King, veteranos periodista de la revista Sports Illustrated. “Pero son muchas las oportunidades perdidas en el NFL porque la gente no quiere hacer algo diferente. Entiendo que tendremos que pasar por una fase de adaptación y aprendizaje, pero yo estoy dispuesto a hacer esta apuesta porque creo que el potencial de tener ambos (Lynch y Shanahan) es inmenso”, explicó el propietario.
Por más que yo haya discordado de York y de la manera con que él ha gestionado los 49ers los últimos años, de esta vez yo estoy a su lado. Tener a un líder como John Lynch como general manager trae inmediatamente el “cambio de cultura” al que York tanto se refiere.
Creo que es una gran y prometedora apuesta que traerá de vuelta la ilusión a la Bahía. En la situación que San Francisco se encuentra, en el fondo del pozo, yo prefiero que se asuma un gran riesgo que apuesten por una opción conservadora.