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ESPAÑA 29-CROACIA 30

Croacia manda a casa a España, que falló el último lanzamiento

29-30. Los Hispanos tuvieron la posibilidad de empatar, pero no acertaron a tomar la decisión correcta, se precipitaron y no hubo prórroga

Alex Dujsebaev intenta lanzar con Musa y Gojun colgados de él.
Alex Dujsebaev intenta lanzar con Musa y Gojun colgados de él.PASCAL GUYOTAFP

España no pudo con Croacia, y en un partido de poder a poedr, en el que no aprovechó las ocasiones de voltear el marcador, cayó 29-30 (15-17) con el equipo balcánico que nos manda a casa, mientras los croatas se meten en las semifinales del viernes ante Noruega. Los croatas se sacan así varias revanchas de los últimos años, mientras que los Hispanos rompen la racha de tres semifinales seguidas en los Mundiales.

Fue, como se esperaba, un partido igualado, sin dueño, que en la primera parte España mantuvo gracias a los extremos, Balaguer y Ángel Fernández, con poca aportación del resto, porque el 6-0 croata no daba opción a los tiradores ni a que le llegasen balones a Aginagalde.

De los croatas, la estrella emergente fue Mamic, un lateral que en la primera parte aportó ocho tantos a los suyos. No estaba previsto que él, precisamente, fuese el factor determinante del encuentro. El resto estaba controlado, pero Marko surgió para decidir.

Con todo, lo peor no fue el final del primer tiempo (15-17), sino el inicio de la segunda parte, porque con Duvnjak excluido, los Hispanos recibieron un parcial de 0-3, se colocaron en 16-21 y empezó la remontada imposible que no llegó, y en el que Jordi Ribera a lo peor también tiene su debe: mantuvo los cambios rutinarios, dejó en el banco a Ángel Fernández, el mejor español ayer, por Valero Rivera, que fallaría un penalti clave, quizá porque el extremo español necesita sentirse más importante.

Y en estos minutos de remontada fue Alex Dujsebaev el que lanzó al equipo, marcando goles importantes desde la primera línea, algunos con fortuna, y otras veces renunciando al tiro para buscar asistencias.

Con 29-30 Cidric falló el tiro que decidía el encuentro, y España tuvo 15 segundos para empatar. No lo hizo. Se precipitó en casi todo, porque los españoles, por desgracia, tienen malas experiencias con este tipo de finales.