Nicolás González fuera del ring: cocina, dardos...
El madrileño se enfrentará el 28 de enero a su mayor reto. Una vez que se quita los guantes saca a relucir su lado más íntimo y da rienda suelta a su otras pasiones.
Sobre el ring Nicolás González (20-1, 15 KO) es un matador. El púgil de La Cabrera (Madrid) es apodado ‘TNT’ y no por casualidad. En sus guantes atesora una tremenda pegada, corroborada con un 75% de victorias antes del límite. González es uno de los boxeadores españoles más listos sobre el cuadrilátero. Concisión y templanza son sus principales características. Su carácter tranquilo y sosegado le sirve para ser un témpano de hielo en los combates. El madrileño estudia a sus rivales, busca su error, hace que no estén cómodos y cuando ve la oportunidad suelta un golpe que suele ser letal.
Esa estrategia es la que le ha llevado a ser uno de los púgiles con más proyección del boxeo patrio. González tiene ante sí el próximo 28 de enero el mayor reto de su carrera deportiva. TNT se medirá al venezolano Jaider Parra (27-2-1, 16 KO) por el título Intercontinental de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA, por sus siglas en inglés). De alzarse con el cinturón, el español se catapultaría a los diez primeros puestos mundiales del peso superligero por la WBA. Esa posición y una defensa satisfactoria podría otorgarle la oportunidad de disputar el Campeonato del Mundo en poder del escocés Ricky Burns (41-5-1, 14 KO).
Ahora, Nicolás González se encuentra inmerso en la preparación para ese combate. El madrileño es disciplinado y muy meticuloso en su trabajo. Junto con su promotora, Guantes de Lobo, investiga nuevos métodos de entrenamiento para obtener mejores resultados sobre el ring. Una vez que se baja de ahí y se quita los guantes, Nicolás González es una persona reservada, fría y que como muestra en la batalla no se pone nerviosa.
Cuando aparca el boxeo, el madrileño es familiar, busca pasar con los suyos el mayor tiempo posible. Su familia es su gran apoyo, y de ella ha aprendido una de sus grandes pasiones: la cocina. Nicolás González se ha criado entre fogones. Sus padres son propietarios de un restaurante en su pueblo. Desde pequeño el púgil ayudó a su padres en el negocio familiar, eso le llevó a desarrollar sus cualidades en la cocina. Nico González, según cuentan sus allegados, es un excelente cocinero, aunque su casi constante dieta y su rigurosidad a la hora de cumplirla hacer que no se prodigue mucho entre los fogones.
En su vida diaria, Nicolás González tiene muy presentes sus metas deportivas. La principal: ser campeón del Mundo sueña, y triunfar en Las Vegas (Estados Unidos), cuna del boxeo moderno y donde se disputan los mejores combates. Aunque en esa ciudad ya tocó la gloria. El madrileño viajó a la ‘ciudad del pecado’ con tan sólo 20 años. Allí, con un grupo de amigos, disputó el Campeonato del Mundo de dardos electrónicos en la categoría por equipos. El púgil y sus amigos cumplieron su sueño, estar en Las Vegas, pero no se quedaron ahí y volvieron a España como campeones mundiales. Precisión, fue lo que les llevó a alzarse con el entorchado, la misma que en el cuadrilátero muestra TNT.
Nicolás González rompe con los estigmas establecidos con los boxeadores. Su sencillez y cercanía le sitúan como uno de los púgiles con más carisma del panorama nacional. Por ello, se ha convertido en uno de los púgiles que más aficionados congrega en sus combates. Su próxima cita con ellos, el 28 de enero en Fuenlabrada, donde quiere comenzar a grabar su nombre, con letras de oro, en la historia del boxeo español.
