Análisis del Falcons – Seahawks cuando ataque Seattle
La línea ofensiva de los Seahawks es el gran problema de un ataque que cuenta con un quarterback de élite como es Russell Wilson.
El problemón de la OL de los Seahawks tiene maniatada a la ofensiva en el juego aéreo. Wilson es un grandísimo QB, pero necesita un mínimo de tiempo para poder soltar el balón. Los tackles de esa línea son un colador y esto es algo que puede provocar muchos daños a esta ofensiva. El peligro de la defensa local tiene nombre y apellidos: Vic Beasley. Beasley ha sido el defensor con más sacks en 2016. Su año es excelente y tiene en el speed rush su movimiento favorito. Alineado en wide-9 (9-technique, el jugador más abierto de la DL) es donde más rendimiento se le saca. Es muy rápido y puede “doblar la esquina” a una velocidad de infarto. Juega con muy buen leverage, y su motor es excelente. Persigue al QB en cada scramble hasta que lo caza. Con Russell Wilson hay que tener un punto de contención para evitar que abandone el pocket y se convierta en un peligro en jugadas rotas, pero Beasley puede atacar tanto por fuera, como por dentro jugando stunts.
Otro hombre que está destacando en la línea defensiva de los Falcons es Grady Jarrett. El DT es muy bueno conteniendo la carrera y es capaz de absorber bloqueos para que Deion Jones pueda colapsar los gaps contra la carrera. Deion Jones y, el otro rookie, Keanu Neal juegan de maravilla en la caja. Jones tiene muchísimo rango en las situaciones de carrera exterior. Se mueve muy bien a lo largo de la LOS para llegar a tapar el gap que quiere atacar el corredor. Por su parte, Neal ha demostrado que su elección (un tanto sorpresiva) fue un acierto. Tiene buenos instintos, es muy veloz y es un placador durísimo. No hace prisioneros. Además, esos instintos le sirven para estar cerca del balón cuando cae en cobertura.
Aunque la OL de los Seahawks es muy mala en protección de pase, bloqueando para la carrera hacen un trabajo decente. El push de los hombres interiores (Ifedi, Britt y Glowinski) es más que aceptable. El resto lo pone Thomas Rawls. Parece que el RB ha llegado a este final de temporada en su mejor momento del año. Su exhibición en la wildcard así lo atestigua. A pesar de que el año pasado funcionó en situaciones zonales, es en power run donde más disfruta. Con Marcell Reece de fullback, jugando lead blocks, la explosividad de Rawls en los cortes le permiten ganar yardas una vez que atraviesa la línea de scrimmage.
Muchas de las opciones de victoria para los visitantes pasan porque Rawls haga otra demostración de poderío como la del pasado sábado. Si los Seahawks establecen el juego de carrera, Wilson podrá tener un respiro y buscará a sus receptores en el juego aéreo. Aquí entra Jimmy Graham. En mi opinión, el hombre que puede hacer sufrir a los Falcons.
Atlanta tiene una defensa base muy marcada. Su Cover-3 es su seña de identidad y la juegan en la mayoría de los snaps. Jones y Campbell son buenos jugadores contra la carrera, pero no lo son tanto cuando de jugar contra el pase se trata. Graham debe ser capaz de buscarle las cosquillas a esta zona media, ya sea por el mismo medio o por las bandas. Para ello, la sail route debe ser su mejor arma.
Otra manera de atacar una Cover-3 es alinear formaciones en trips (o bunch). En estas formaciones (tres receptores en un mismo lado del ataque) obligas al FS a bascular hacia ese lado y esto pueden aprovecharlo los Seahawks alineando a Graham en el lado contrario. La ruta seam es ideal para ello. Con esta ruta dejas a tu TE frente a un LB cayendo a su zona hook (con lo que puede ganarle en velocidad) o lo enfrentas a un DB (donde el físico del TE puede valerle para ganar el balón en el punto más alto del catch). Jimmy Graham está siendo muy irregular, pero los visitantes necesitan que tenga un partido importante. Si él abre el campo, Doug Baldwin o Paul Richardson podrán atacar a los CBs de los Falcons, donde la baja de Trufant ha dejado un vacío difícil de llenar.
No tengo miedo a decir que los Falcons son favoritos. Visto los partidos de ambos, son muy favoritos. Es cierto que su calendario, a final de temporada, no ha sido muy duro que digamos, pero han demostrado una suficiencia y un poderío que asombra y aterra. Su ataque se ha paseado el último mes. Han anotado casi cuando han querido y han dejado en ridículo a más de uno, pero… ¡pero esto son los playoffs! Aquí no es oro todo lo que reluce y, en frente, van a tener a un equipo que tiene corazón, amor propio y, por supuesto, calidad suficiente como para plantear un partido lleno de trampas. Los Seahawks están hartos de jugar estos partidos y la experiencia puede jugar una mala pasada a los locales. Se enfrentan el mejor ataque de la liga contra la que fuera una de las mejores defensas que han pisado un emparrillado. Esta defensa tiene una baja mortal, pero no se van a rendir tan fácilmente. Favoritos, sí, pero tienen que demostrarlo