Molins de Rei acuna a los Hércules del futuro
Caballero y Ruiz, medallistas júniors, miran a Tokio. “El éxito de Lydia nos ha ayudado. Ha roto los mitos sobre las mujeres y el deporte”.
En 1999 la junta directiva del Club Halterofilia Molins de Rei dimitió en bloque y la familia Soria asumió la gestión. El padre y sus dos hijos empezaron a hacer exhibiciones por los pueblos cercanos, a comprar material de entrenamiento y a reclutar a niños del pueblo, como fue el caso de sus estandartes en la actualidad, Marcos Ruiz (subcampeón del mundo júnior) y Noelia Caballero (campeona de Europa Sub-17). Ahora, cuentan con más de 70 halteros, prácticamente la mitad de ellos son chicas.
“Llevo ya ocho años. Me enamoré. Es un deporte en el que tienes que superarte a ti mismo. Aprendes a tener constancia y sacrificio, y a valorar las cosas. Dependes de ti”, valora Caballero, que se marca como reto en este 2017 llegar al Mundial júnior de Tokio. "Le digo a mis padres que voy a inspeccionar el terreno para volver en 2020”, afirma, mientras reconoce que “el éxito de Lydia Valentín ha ayudado. Ha hecho que se conozca este deporte y que se rompan mitos sobre las mujeres. No hay nadie más femenina que ella”.
Caballero reside ahora en la Blume junto con Marcos Ruiz, ambos becados. La historia de su compañero de club es similar e igual de prometedora. “Jugaba a fútbol sala hasta que un día probé la halterofilia, y aquí sigo”, comentó. Para Ruiz este año 2017 es duro. “Es mi primera temporada de absoluto. Quiero llegar a lo más alto y eso es ser olímpico”, explicó, al mismo tiempo que recuerda un capítulo en el Mundial júnior en el que un rival ya dio positivo por dopaje.
El club, uno de los que cuenta con más licencias, tiene el respaldo de la federación y lanzará un programa para los Juegos Olímpicos de 2020 y 2024. Es ya una referencia en un deporte que va al alza: la halterofilia.