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SAN FRANCISCO 49ERS

Los 49ers cambian de rumbo con el cese de Kelly y Baalke

Con la marcha del entrenador y el general manager, la franquicia californiana quiere hacer borrón y cuenta nueva de esta desastrosa etapa.

Actualizado a
Tanto Chip Kelly (izquierda) como Trent Baalke, tendrán que buscar otras ocupaciones que no serán las de entrenador y GM en los San Francisco 49ers.
Getty Images

A todos los aficionados de la NFL no les puede sorprender el discurrir de acontecimientos más recientes en los San Francisco 49ers y es que, tras una campaña desastrosa que se ha cerrado con un récord de 2-14 y sólo empeorados por los Cleveland Browns, la franquicia californiana ha decidido cortar lazos con la trayectoria más reciente del club y, de un plumazo han decidido cambiar tanto de entrenador (Chip Kelly) y general mánager (Trent Baalke).

Sin duda alguna, se trata de una nueva etapa, una que no tendrá nada que ver con el trabajo realizado por un GM que fue capaz de conjuntar una plantilla que estaba considerada una de las mejores libra por libra de toda la competición, pero cuyo rendimiento en los últimos años ha sido lamentable, por el punto desde el que se partía.

Con Baalke como maestro de ceremonias, y con Jim Harbaugh como director de orquesta, los 49ers fueron capaces de alcanzar tres finales de conferencia en la NFC de forma consecutiva entre 2011 y 2013, junto con una presencia en la Super Bowl 48, en la que perdieron in extremis contra los Baltimore Ravens por 34-31.

Sin embargo, las tensas relaciones entre ambos llevaron a la marcha de Harbaugh, que entrena felizmente en la actualidad a la universidad de Michigan, y a una peligrosa espiral en la que el club iba de mal en peor.

Porque de pasar a ser un aspirante serio a luchar por la Super Bowl, San Francisco se convirtió (para dolor de sus seguidores) en uno de los chistes de la competición, con cinco triunfos en 2015 y la pareja de victorias logradas ante Los Ángeles Rams en la temporada regular que acaba de finalizar.

Más allá de la fuga de talentos y retiradas prematuras y/o sorprendentes, la construcción de la plantilla del club no ha tenido tanto éxito en los últimos años, a pesar de haber sido uno de los conjuntos que más elecciones tuvo en el draft. La arriesgada apuesta de Baalke por escoger a muchos jugadores que iban a perderse su primer año en la NFL por una grave lesión de rodilla y que hubiesen ido mucho más arriba en el citado draft, ha sido desastrosa y no se le recuerdan muchos aciertos con ese tipo de elecciones… ni con otras muchas.

Los encargados de dar este golpe de timón no han sido otros sino Jed York, consejero delegado de la franquicia, y el vicepresidente ejecutivo Paraag Marathe, que a la vista de un equipo que ni siquiera obtuvo el revulsivo de un recién llegado a un club como Chip Kelly, y que por segundo año consecutivo, tendrá la tarea de buscar un nuevo entrenador, tal como ocurriera hace apenas un año con el cese de Jim Tomsula.

Es razonable pensar que Chip Kelly no ha sido el único culpable en la penosa imagen dada, sin lograr ese impacto inmediato que auguraba que ‘con Kelly iban a conseguir no menos de seis triunfos’ pese a que se ganó la confianza de la plantilla, con especial interés a la polémica que se originó respecto a la postura que tomó el quarterback Colin Kaepernick.

Pero como suele ocurrir en tantos y tantos casos, Chip Kelly ha sido víctima de los resultados, no siendo capaz de dejar su sello tras apenas 347 días en el cargo.

Curiosamente, Chip Kelly le había 'echado el ojo' a un tal Dak Prescott en el pasado draft, pero sus deseos se encontraron con la decisión definitiva tomada por... Trent Baalke. Ya nos conocemos la historia, con Prescott realizando una temporada de rookie de ensueño y los californianos enfangados en el dilema del puesto de quarterback con Gabbert y Kaepernick.

San Francisco 49ers es el único equipo que ha echado a un técnico en temporadas consecutivas desde la unión entre la AFL y la NFL en 1970, ocurriendo este hecho por primera vez en 1975 y 1976.

En la actualidad, la otrora orgullosa franquicia de los San Francisco 49ers se enfrenta a una larga travesía por el desierto, con pocas piezas sobre las que construir un proyecto a corto, medio y largo plazo, pero con la segunda elección en el draft del año que viene y con una inmensa flexibilidad respecto al salary cap, que se estima en torno a los 80 millones de dólares.

No es la situación ideal de cara a 2017, aunque las vacantes que se abren en el mercado serán de las más golosas en toda la NFL, y no se puede caer más bajo, ¿verdad?