Los Steelers también saben ganar sin su tridente mágico
Los de Pittsburgh se impusieron en el tiempo extra a los Cleveland Browns pese a que dieron descanso a Ben Roethlisberger, LeVeon Bell y Antonio Brown.
La alegría en Cleveland duró solo una semana. Después de su sorprendente primera victoria de la temporada contra los San Diego Chargers, viajaban a Pittsburgh para enfrentarse a unos Steelers sin Big Ben, LeVeon Bell, y Antonio Brown, y solo pudieron forzar el tiempo extra. Pese a la falta de intensidad de los locales, los Browns volvieron a ser esclavos de sus errores, y de su poco nivel competitivo, para desperdiciar las oportunidades que tuvieron y caer derrotados.
El ejemplo perfecto que define el partido fue la intercepción conseguida por Boddy-Calhoun cuando terminaba el tercer cuarto y su equipo ganaba 7-14. El jugador recuperó el balón en su propia yarda 32 y se atravesó el campo entero para perder el control del balón en la yarda uno de Pittsburgh, que recuperó el balón en su end zone, empezó a atacar desde su veinte y consiguió en esa serie el touchdown del empate.
Los Browns pasaron de dejar casi sentenciado el choque con una ventaja de dos anotaciones, a empatar. Pero ese no fue su único fumble, ya que perdieron el balón en cuatro ocasiones, Robert Griffin sufrió una intercepción y Parker falló un field goal de49 yardasen el último cuarto. Además, si la pérdida de balón de Boddy-Calhoun fue decisiva, peor aún fue la de Isaiah Crowell en la yarda 5 de los Steelers, cuando quedaba un minuto para el final y el marcador estaba empatado a 21.
Los ‘Señores del Acero’, pese a su casi desidia, con Landry Jones jugando de menos a más como quarterback, DeAngelo Williams oxidado corriendo y Eli Rogers como receptor número uno, no pudieron evitar aprovechar tantos regalos, y terminaron ganado en la prórroga con un touchdown de recepción de Cobi Hamilton de 26 yardas, después de que los Browns llegaran a la yarda dos rival pero solo fueran capaces de anotar un field goal.
Para los Steelers fue casi una semana de descanso, y para los Browns la confirmación de que ni siquiera jugando al ciento por ciento contra un rival sin sus estrellas y dejándose llevar, son capaces de ser competitivos. Necesitan cubrir muchas cosas con su número uno del draft.