La Navidad llega antes de tiempo para Cleveland Indians
El fichaje de Edwin Encarnación sitúa inmejorablemente al subcampeón de cara a aspirar nuevamente al triunfo en las Series Mundiales en 2017.
En el competitivo mundo del deporte profesional difícilmente nos podemos encontrar con una situación más frustrante que ser capaz de sobreponerte a la adversidad, a todos los pronósticos que te daban por amortizado, llegar hasta el partido definitivo ante tu público, con todo a tu favor para acabar con tu sequía de 68 años… y quedarte con la miel en los labios más una abrumadora sensación de vacío que tiene difícil solución.
Los Cleveland Indians han dado el primer paso a corregir este último aspecto.
El tremendo fichaje de Edwin Encarnación, el bateador más laureado de la presente agencia libre, ha dado el espaldarazo decisivo a un club que iba a ser un aspirante al título de las Series Mundiales en 2017 y que con esta contratación, experimenta un salto cualitativo que le coloca entre la flor y la nata del pasatiempo nacional.
Lo cual no está nada, pero que nada mal para un equipo que pertenece a los mercados pequeños del béisbol.
Más allá de las variables que se han conocido de la operación, tres años de contrato y 65 millones de dólares garantizados, más una opción que supondría que el acuerdo podría alcanzar las cuatro temporadas y 80 millones, es el hecho de la valiente apuesta por parte de un club que sabe que la presente es su gran ventana de oportunidad, una que debe aprovechar mientras el núcleo sigue siendo joven y asumible en términos económicos, que sus mejores jugadores siguen bajo contrato y que su rotación de pitchers titulares o abridores volverá a ser formidable en 2017 con un bullpen demoledor para finiquitar los partidos.
Prácticamente, casi la fórmula perfecta.
La agencia libre se ha desarrollado de forma extraña para el dominicano, pero al final ha conseguido optar a un contrato prácticamente calcado al que rechazó de su anterior equipo, los Toronto Blue Jays, aunque alejado de las pretensiones de su agente que pedía 120/125 millones por cinco campañas.
En dura pugna con Oakland Athletics y Texas Rangers, los Cleveland Indians dicen adiós a Mike Napoli, que cumplió con el expediente en 2016 y mejoran de forma considerable lo ya existente, con un bate que ha sido capaz de producir la segunda mejor marca de home runs desde 2012 en las Mayores con 193, sólo por detrás de los 197 de Chris Davis y por delante de los 178 de Nelson Cruz o 169 de Miguel Cabrera, aparte de ser un fantástico productor de carreras.
No obstante, se trata de una apuesta arriesgada por parte de una franquicia que siempre se ha moderado mucho en sus inversiones en la agencia libre, consciente de su mínimo margen de maniobra al contrario de los grandes del deporte que pueden tolerar malos contratos, y que ha visto que la figura de Edwin Encarnación era la pieza que faltaba en un puzzle excelente que será incluso mejor en 2017, con un Michael Brantley totalmente recuperado después de haber disputado 11 partidos.
Es verdad que se ha superado el mayor desembolso de la historia del club, superando el acuerdo de Nick Swisher de hace varios años, y que también le ha costado su primera elección en el draft del año que viene en el puesto número 26, pero la finalización de los malos contratos con Swisher y Michael Bourn le ha dado al club la flexibilidad necesaria para encajar al primera base/bateador designado en un turno que acabó siendo el segundo mejor anotador de la Liga Americana en 2016, pese a ser el segundo menos capaz de sacar la pelota del campo entre aquellos que disputaron los playoffs.
En definitiva, la llegada de Edwin a Ohio nos va a ofrecer un panorama apasionante en una Liga Americana en la que hemos visto a los Boston Red Sox reforzarse con Chris Sale, a los Houston Astros mejorar de forma exponencial su turno de bateo y las novedades que todavía están por llegar entre todos aquellos que quieren destronar a los Indians como representante de la Americana en el Clásico del otoño y suceder a los Chicago Cubs como campeones en 2017.
Ahora sólo falta que el público del Progressive Field, que en su día acudía en masa a ver a aquellos Indians de los años 90 y principios del nuevo siglo, vuelva a respaldar a un equipo atractivo en muchas facetas y que aspira a dejar de ser el ‘pupas’ de la Major League Baseball.
El 2 de abril de 2017, día del inicio del nuevo curso, ya está tardando en llegar.