#OTREENCUENTRO | El sudor del triunfo

Hace quince años el fenómeno Operación Triunfo revolucionaba la televisión. A partir de entonces, los talents shows coparon las parrillas de programación de todas las cadenas, aprovechando el tirón mediático de Bisbal, Rosa, Bustamante y Chenoa. A día de hoy, aún sobreviven algunos herederos descarriados del formato que, en un intento vacuo de emular el éxito primigenio, no han logrado nunca acercarse a aquel novedoso programa presentado por Carlos Lozano, por mucho que hayan seguido las huellas que Nina y Ángel Llácer dibujaron hacia la Academia.

Más allá de la aritmética -que tanto gusta, justifica y condiciona a los publicistas-, OT se instaló en los corazones de los españoles. De los más intensitos, a los menos permeables. De los de carpeta forrada, a los que nunca reconocerán que lo veían, aunque imiten el mítico giro con tijereta en cada baile. Así, unos y otros, dejan los 6.895.000 espectadores de media del concurso, los cuarenta y dos discos de platino, y ése de oro de 4.250.000 de álbumes vendidos certificados en tan sólo un año, en meros datos que apenas si llegan a rememorar aquellas noches de bohemia e ilusión, en las que se gestaba el mayor fenómeno televisivo musical jamás contado en España.

De la infinidad de triunfitos que dio a luz la Academia, la sociedad reconoce a pocos más que a los de la primera edición. Desde las primeras galas, los cantantes pasaron de participantes de un concurso a seres inquietantes, diana de la prensa del corazón y demás chascarrillos que no emanan pero sí se vierten sobre estos personajes. Aunque muchos de ellos cayeron en el olvido, hay quienes han sobrevivido en la industria musical, permaneciendo en la memoria por esta atención mediática. Foco, gracias al cual conocemos aficiones, intereses, casamientos, partos y rupturas, aunque esta información prevalezca sobre el devenir de sus carreras musicales. Vicisitudes de la fama.

Así es como sabemos, por ejemplo, la pasión de Bisbal por el ciclismo. En 2002, Chema Bermejo contaba para el Diario AS que el almeriense intentó ser ciclista antes que cantante, y durante dos años militó en el equipo juvenil del Yoplait. "Como corredor era uno más, ni malo ni bueno", recuerda Juan de Dios García Salvador, director deportivo del equipo cuando David tenía entre 17 y 18 años. Finalmente, Bisbal tuvo que optar por colgar la bicicleta. Según narraba, en Almería, una vez acabas la etapa juvenil, es muy difícil seguir: “O eres un fuera de serie y fichas por un equipo de Granada o Murcia o te tienes que retirar”. Fue entonces cuando se metió con unos amigos en un conjunto llamado Expresiones.

Sin embargo, Bisbal nunca ha abandonado su pasión por la bicicleta. En 2009, se erigió como peregrino en el Camino de Santiago. El cantante recorrió más de 700 km en nueve etapas, de Roncesvalles a Santiago de Compostela, junto a leyendas del ciclismo de la talla de Miguel Induráin, Abraham Olano y Roberto Heras. El propio David describía así la experiencia: “Quería hacer el camino de Santiago para ponerme en forma, pero nunca pensé en tener unos compañeros de ruta como estos. Yo era de los que desde mi casa, cuando les veía a todos por televisión, apretaba las piernas para darles fuerza”.

De padre y tío boxeador, Bisbal siempre prefirió el deporte al aire libre. Cuando su agenda se lo permite, el cantante se escapa por la Sierra de Madrid para practicar montañismo, senderismo y escalada, en jornadas en las que tampoco falla el kayak. Además, se ha iniciado en la apnea, de la que presumió en Facebook: “Es una experiencia tan bonita poder llevar a cabo este deporte, que lejos de requerir un estado físico importante, lo que se necesita es concentración máxima y control sobre la relajación de tu cuerpo y mente”. También a través de las redes sociales, Bisbal compartió su afición al tenis y la Fórmula 1: “Con mi gran ídolo Fernando Alonso haciendo un poco de deporte”, mientras posaban sonrientes en la pista.

Asimismo, David también ha manifestado en numerosas ocasiones su espíritu aventurero y su compromiso social con los más desfavorecidos. En 2015, viajó a Nepal junto a Jesús Calleja, una experiencia que sirvió para que el cantante almeriense quedase prendado de una de las regiones más hermosas del planeta, desolada por un terremoto que dejó decenas de miles de muertos. “Ha sido duro, hemos caminado durante muchas horas, me he llenado de sanguijuelas y hemos visto mucha destrucción. Lo que más me ha impactado es que la sonrisa de la gente permanece intacta”, explicaba David.

Socio de honor de la Unión Deportiva Almería, Bisbal ha participado en varias campañas de promoción y abonos de la entidad, prestando su imagen de manera totalmente desinteresada. Apasionado del fútbol, a David lo mismo le ves jugando una pachanga con sus amigos en San Sebastián de los Reyes que poniéndole himno al Mundial de Sudáfrica en 2010 o a la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012.

Otro David, Bustamante, también comparte pasión por este deporte. 'Futbolista frustrado', -como él mismo se define- militó en las categorías inferiores de su Cantabria natal, haciendo sus pinitos en fútbol sala. Tras su paso por el programa, el cantante jugaba todos los domingos en la liga de Fútbol 7 del Rayo Majadahonda con el equipo Los Desperdicios, hasta que fue expulsado del campeonato en noviembre de 2014 por una acalorada discusión tras perder un partido. Desde entonces, alterna pachangas solidarias de fútbol con otros deportes como ciclismo, pádel o fitness.

Desde que abandonara Operación Triunfo, la transformación física del cántabro ha sido portada de numerosas revistas no musicales. Al igual que Manu Tenorio, con el que compartió Academia del mismo modo que ahora comparte entrenador personal. El sevillano sorprendió en la portada de Men's Health luciendo en el verano de 2012 unos abdominales inimaginables en su paso por el concurso, allá por 2001. Sin embargo, Iñaki García -preparador físico de moda- no sólo cuida de estos dos triunfitos, sino que Natalia -la benjamina del programa- fue la primera en someterse al instructor para esculpir su cuerpo. Del mismo modo que -la también concursante y enamorada del fitness- Verónica Romero quiso combinar sus dos pasiones -música y deporte- en un proyecto que ella definió como Verobox Fitness, a través del cual ella impartía clases de “intenso ejercicio físico y buena energía”.

Han llovido muchas ediciones y formatos desde aquellas clases de interpretación del carismático Ángel Llácer, la rectitud de Nina y la enésima resurrección mediática de Carlos Lozano. Ahora, quince años después, TVE volvió a juntar a los concursantes del talent show que cambió la historia de la televisión de este país. Más allá de los documentales donde los cantantes cuentan qué tal les trató la vida estos años, todos andamos esperando el concierto del próximo 31 de octubre en el Palau Sant Jordi para saber si Bustamante sigue viviendo por Gisela y, sobre todo, si Chenoa y Bisbal siguen escondidos..

Paula Echevarría y David Bustamante se separan