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Baltimore Ravens

La ruleta de la culpa ya señala a Joe Flacco en Baltimore

Tras el despido del coordinador ofensivo, Marc Trestman, el juego del ataque de los Ravens no ha mejorado y su QB pasa a ser la diana de las críticas.

EAST RUTHERFORD, NJ - OCTOBER 23: Quarterback Joe Flacco #5 of the Baltimore Ravens is tackled by Sheldon Richardson #91 of the New York Jets in teh fourth quarter at MetLife Stadium on October 23, 2016 in East Rutherford, New Jersey. The New York Jets won 24-16.   Al Bello/Getty Images/AFP
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AL BELLOAFP

Creo que en la actual NFL no resulta del todo complicado dirigir drives finales para empatar o ganar en los instantes finales. Con la prominencia de los ataques aéreos, las normas que premian a receptores y quarterbacks, y el hecho de contar con un down más (el cuarto down, que en situaciones extremas se usa como uno más) es más normal que no que un equipo necesitado de heroicas finales tenga opciones de lograr el objetivo. Miremos, por ejemplo, al Arizona Cardinals-Seattle Seahaws de ayer, inoperantes en ataque todo el partido... salvo en la hora de la verdad, con drives que se fueron a la red zone con solvencia. Pero hay ejemplos por cientos.

Por eso llama la atención, y mucho, el siguiente dato: los Baltimore Ravens han tenido el balón en los últimos cuatro partidos para ganar o empatar el encuentro, y en las cuatro ocasiones han fallado. Es por eso que llevan un poker consecutivo de derrotas, algo que ni en la paupérrima pasada campaña tuvieron que lamentar.

Y los focos de la ira, la ruleta de la culpa, comienza a apuntar a Joe Flacco.

Es lo que sucede cuando el primer escudo desaparece. En este caso, esa coartada era Marc Trestman. El coordinador ofensivo fue señalado por John Harbaugh como el culpable del mal juego de ataque del equipo y le despidió hace dos semanas.

Huelga decir que los resultados no han sido los previstos y, por lo tanto, el siguiente en la lista de señalados ha de dar un paso adelante y asumir la que le va a caer encima. Y en este caso es Joe Flacco.

Y es que el QB no está jugando bien. En absoluto. Siempre ha sido un tipo con ciertas limitaciones pero que, en lo más alto de su carrera, el año de la Super Bowl y alrededores, tuvo a un cuerpo técnico que entendió a la perfección sus fortalezas y las usó en abundancia. Ese pase largo mortal se convirtió en un icono de la liga.

Lo que sucede es que sin receptores capaz de abrir un significativo hueco, ese pase se vuelve un arma de doble filo, un riesgo enorme y, por contra, el juego corto no ha aparecido por ningún lado. Eso, y un descuido general del juego de carrera en los últimos tiempos, ha llevado a Flacco a momentos en los que se le ve perdido en el campo.

Y nunca tanto como en esos drives finales en los que se ve sorprendido por la falta de avance y por los downs consecutivos en los que la palabra incompleto es la que fulmina sus opciones. En los dos últimos encuentros apenas si ha superado el 50% de acierto con el pase y ante los Jets, tocando fondo, su quarterback rating fue de 54.0, que es un horror.

La temporada de los Ravens se desliza colina abajo, y sin la protección de Trestman, es Flacco el que más va a sufrir el escrutinio sobre su trabajo. Y, de momento, se lleva un insuficiente.