Odriozola: "Mis episodios más dolorosos son los de dopaje"
El presidente de la Real Federación Española de Atletismo hizo balance de sus 27 años al frente de la federación en una entrevista concedida a la agencia EFE.
José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo desde hace 27 años, se irá en noviembre "muy satisfecho" de su trabajo después de haber vivido momentos "de éxtasis" y otros "dolorosos, siempre relacionados con el dopaje", "orgulloso de su equipo" y consciente de haber cometido algunos errores por su carácter.
"He tenido unos cuantos momentos dolorosos y todos relacionados con el dopaje. Llevo desde los 80 luchando contra el dopaje, aunque aquí se me acuse de haberme tragado positivos. Nombres como Alberto García, Julio Rey, Marta Domínguez o Paquillo Fernández, son casos muy notorios, momentos dolorosos para mí", declaró a EFE.
Para Odriozola constituyeron "una enorme decepción" porque conocía bien a esos atletas. "Me dolió mucho porque habían estado tomando cosas prohibidas, y también porque parecía que era yo el culpable por no haberme enterado. Hombre, yo no soy Dios y, aunque tenemos uno de los mejores sistemas de control antidopaje, no podemos ser perfectos. Los que hacen trampa van por delante siempre".
"Fueron disgustos que me quitaban el sueño", admitió, "y eso que yo duermo muy bien. A veces soñaba con esos positivos y sus consecuencias en términos de imagen para el atletismo español. Algunos estuvieron en mi despacho llorando y les aconsejé que no hicieran tonterías como meterse en juicios que no iban a ningún lado".
Reconoce que el caso de Marta Domínguez le ha hecho "daño personalmente" y asegura que todavía no tiene "totalmente claro el tema desde el punto de vista científico".
"Yo soy científico y me gusta la causa-efecto, el rigor, y si hubiera dado positivo por algún producto, pero fue por el pasaporte biológico. No estoy en contra del pasaporte, pero tiene las limitaciones que tiene, no es al cien por cien blanco o negro, sino una interpretación de unos valores en su sangre. Puede haber dudas y yo sigo el principio jurídico de +in dubio pro reo+", opinó.
"El caso fue al TAS y después de varios años, porque no debía ser tan fácil, decidieron que la sancionaban. Es una atleta a la que he admirado mucho, con la que he tenido muy buena relación y me da pena que acabe su vida deportiva de esta manera. Yo me quedo con que una atleta que estuvo veinte años, desde 1993 hasta 2013, en la elite mundial, es muy difícil que después de pasar centenares de controles no haya dado nunca positivo. Como yo sigo diciendo esto, parece que estoy encubriendo o disculpando la sanción a Marta".
Odriozola apunta al antiguo responsable del Comité Antidopaje de la IAAF: "Qué casualidad, la persona que más se empeñó en ir a por ella, el doctor Gabriel Dolle, con el que yo tuve relaciones muy tirantes durante años, está ahora apartado por corrupción, resulta que era un tramposo. A lo mejor eso pudo influir".
"Es imposible", subrayó, que yo pueda ocultar un positivo porque en el momento en que pase un determinado tiempo sin seguir el protocolo, nos quitan el caso la IAAF o el CSD y lo hacen ellos. Aunque quisiéramos no podríamos. Lo que pasa es que el atleta a veces se busca un buen abogado y va poniendo chinitas en las ruedas del proceso para que se alargue y te acusan de indefensión, pero jamás nos hemos tragado un positivo".
En cualquier caso, se irá en noviembre "muy satisfecho" de su trabajo en estos 27 años y 10 meses.
"Sigo trabajando la próxima temporada como si fuera a seguir, así que no me da la sensación de que me estoy yendo. Sigo a tope, aunque tengo ya el sótano de mi casa lleno de carpetas con documentos que me he ido llevando", declaró a EFE.
Reconoce que desde su incorporación a la Federación Española en 1967 y a la presidencia en 1989 ha tenido "polémicas públicas con atletas y periodistas", pero no ha cometido irregularidades por las que pueda "salir en los papeles".
"Dejo la Federación saneada", indicó, "y con una estructura que, modestia aparte, es la envidia de muchos países. El que venga se va ha encontrar un terreno bastante bien abonado y organizado, dentro de las estrecheces económicas actuales".
Se siente "orgulloso" de su equipo administrativo y técnico. "Parece que la palabra cambio es mágica, pero también se puede cambiar a peor. Hay muchas cosas que, dentro de nuestras limitaciones, se están haciendo razonablemente bien. Me gustaría mejorar en muchos aspectos, pero en algunos lo he intentado y no he podido. No entré como elefante en cacharrería. Me costó varios años hacer mi equipo. Si tienes que echar a gente la tienes que indemnizar, y no puedes".
Confiesa que ha hecho cosas mal: "Muchas. Soy humano y mi carácter me ha llevado a cortar la relación con algunos medios cuando se me ha tratado injustamente. Probablemente no está bien, pero creo que no se ha tratado bien al atletismo español. Quizá como presidente tenía que haber intentado llevarme bien con todos. Es mi mayor pecado".
Por el contrario, no considera un error haber presidido durante muchos años el Comité Técnico, antes de nombrar a Ramón Cid. "Mucha gente me recomendó quitarme de en medio para evitar críticas cada vez que había una selección, y eso que la decisión era colegiada. Presumo de conocer bien el atletismo español, pero no soy entrenador y me metía en cuestiones técnicas, pero no lo considero un error".
"Para muchos era positivo porque yo dejaba trabajar a los ocho responsables de sector. Yo coordinaba y marcaba las directrices generales. Alguna vez tuve la última palabra, cuando había discrepancias, pero sólo en 1991 se llegó a votar, cuando José Luis González no quiso correr el campeonato de España de 1.500 y prefirió el 5.000. Se votó si llevarlo al Mundial de Tokio, y mi voto fue decisivo para llevarlo, aunque luego no hizo gran cosa. En cambio, cuando se dejó fuera a Reyes Estévez de los Juegos de Barcelona hubo unanimidad porque había unos datos abrumadores en contra y cinco o seis candidatos en mejor situación que él".
"Cacho y Beitia son los mejores atletas españoles de la historia"
José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo, señala a Fermín Cacho y a Ruth Beitia, ambos campeones olímpicos, como los mejores atletas españoles de la historia y confiesa que ha tenido "enganchadas gordas" con figuras relevantes como Sandra Myers, Reyes Estévez o David Canal.
Al hablar de los mejores momentos de su largo mandato (27 años), pormenorizó: "Para mí el atletismo de verdad son los campeonatos, no los mítines. Mi primer éxtasis fue con Fermín Cacho en Barcelona'92. Yo fui a Barcelona amenazado por la autoridad de la época por haber defendido la presencia de determinados atletas en los Juegos. El segundo de a bordo del CSD, que era el que pagaba aquello, me dijo que me atuviera a las consecuencias por llevar a más gente de la que querían. No pudieron torcerme el brazo. Barcelona'92 fue mi espaldarazo".
"El segundo momento fue con Martín Fiz llegando campeón del mundo en el maratón de Gotemburgo 1995. Me dio la enhorabuena Primo Nebiolo (presidente de la IAAF), con el que tenía entonces tenía unas relaciones tirantes. Después, otros momentos espectaculares fueron el Mundial de Sevilla'99 y todavía más el de Maebashi (en sala) cuando Yago Lamela sostuvo aquél pulso con Iván Pedroso. Cuando Yago saltó 8,56 me dijo Nebiolo: Pedroso está cagado en este momento, aunque el cubano era un competidor impresionante y le superó en el siguiente salto".
Odriozola disfrutó mucho también en los Mundiales de Atenas'97 cuando Abel Antón y Martín Fiz hicieron doblete en el maratón, y en 2002, con los Europeos en pista cubierta de Viena y después los de verano en Múnich, donde el equipo español "se salió (15 medallas)".
"Y después, lo de mi admirada, a pesar de todo, Marta Domínguez, cuando fue campeona del mundo en Berlín, que para mí fue un momento especial. Y por último, los Juegos de Río, con la medalla de oro de Ruth Beitia, que para mí es la mejor atleta española de la historia, siempre en la elite desde júnior, con su carácter, su simpatía, su amabilidad con las rivales"", afirmó.
Los dos mejores de la historia, apunta sin dudarlo, son Fermín y Ruth, "aunque no son comparables", advirtió, "con trayectorias muy diferentes. Fermín compitió en los 90 con una elite mundial como no ha vuelto a haber: Aouita, Morceli, El Guerruj... Y con todos se partió la cara, y a veces les ganó o llegó echándoles el aliento en el cogote. Era un hombre de campeonatos y perduró durante diez años en una prueba emblemática y difícil, con unos rivales muy fuertes".
"Ruth empezó en 1995 y todavía va a seguir en 2017. Eso tampoco tiene parangón en el atletismo mundial. Este año la han elegido mejor europea del año precisamente como premio a esa trayectoria y a un año increíble: subcampeona mundial bajo techo en Portland,. campeona de Europa y olímpica, siempre con un nivel impresionante dentro de lo que hoy se salta. Ruth es irrepetible".
"Son dos trayectorias que no se valoran en su justa medida", lamentó. "Si Fermín hubiera sido británico o americano hoy sería una gloria mundial, pero como es español y no sabía inglés, se le ha valorado poco. Y Ruth ha pasado por varias generaciones y encima va repartiendo simpatía incluso con sus rivales.
El presidente también tuvo diferencias con varios atletas. "Tuve enganchadas gordas con Reyes Estévez, Sandra Myers -sobre todo con su marido-, aunque años después hemos mantenido relaciones fluidas. También tuve polémica con David Canal. Me dolía porque era un atleta que podía haber batido el récord de España de 400 y no lo hizo por dejadez. Era un superdotado, con unas facultades impresionantes. Por eso llegué a decir que parecía un lanzador de martillo. Me daba pena que por dejadez no llegara al nivel que le correspondía por su calidad. Pero también de mí de dijeron cosas gordas", señaló.
También ha pasado malos momentos por motivos económicos. "La primera vez, después de Barcelona'92 cuando Felipe González se dio cuenta de que en España se había gastado mucho tanto en la Expo de Sevilla como en los Juegos y en el mes de septiembre nos dejó con 200 millones de las antiguas pesetas menos, cuando ya habíamos gastado todo. Nos costó diez años enjugar ese déficit que nos encontramos de golpe. Y luego el annus horribilis del 2013. En 2008 teníamos el doble de presupuesto que en 2013".
"Me hubiera gustado", apuntó, "avanzar en la profesionalización de entrenadores. Los atletas son la materia prima, pero hace falta el entrenador. Ramón Torralbo (entrenador de Ruth) ha estado muchísimos años sin recibir nada de la Federación Española, vivía de sus clases, y sólo cuando Ruth ha tenido beca ADO ha podido cobrar algo. Nunca hemos podido profesionalizar más que a una veintena como máximo. En Italia y Francia son funcionarios del Estado, como un profesor de matemáticas en un instituto. Llevo más de veinte años pidiendo al Ministerio algo similar en España".
Sobre la evolución del atletismo español durante su mandato, afirmó: "Hubo un momento en que estuvimos por encima de nuestras posibilidades. Después de esa época han aparecido nuevos países y para muchos de ellos, económicamente subdesarrollados, el atletismo les ha servido para subir en la sociedad, y además en Europa nos hemos tomado muy en serio la lucha contra el dopaje, mientras que en Africa son muy buenos pero ahora nos hemos enterado que también toman y hay tres países en la picota: Kenia, Etiopía y Marruecos, que si no se ponen las pilas pueden tener problemas en el futuro como los tiene ahora Rusia".
"Ha subido mucho la competencia que hace diez o quince años. Nuestros atletas mantienen un buen nivel en Europa, pero en el mundo es más difícil, aunque sigue habiendo brotes verdes", subrayó.
Odriozola piensa apartarse "totalmente de la Federación, dejar libertad total al que venga y a su equipo".
"Si me piden mi opinión, se la daré al que sea", dijo. "Los tres candidatos están en mi junta de gobierno y sólo les pido que usen lo bueno que hay y que cambien lo que haga falta para mejorar, no el cambio por el cambio.
Tesorero de la IAAF desde septiembre del 2015, cuando examinó las cuentas no encontró "corruptelas, aunque sí derroches".
"La corrupción que había era por fuera, aprovechando un estatus muy presidencialista de Lamine Diack -presidente anterior- que venía de lejos. En pocos meses ahorré cinco o seis millones de dólares sólo suprimiendo gastos innecesarios", recuerda.
"Sebastian Coe -presidente actual- se encontró con el gran escándalo. Cuenta que la primera vez que entró en la oficina se encontró con diecisiete señores que no conocía, que eran policías dirigidos por un juez francés, que estaban registrando la sede y estuvo cinco horas declarando en comisaría. Diack estaba actuando como en una tribu africana".
"A partir de ahí", añadió, "le dieron por arriba y por abajo, especialmente en su propio país (Gran Bretaña) donde era un Dios en los Juegos del 2012 y ahora era un apestado que no se había enterado de nada. Ahora trabajamos en una estructura menos presidencialista, con decisiones más colegiadas. El presidente no puede hacer lo que le dé la gana".