Matt Ryan está siendo el mejor jugador de la NFL 2016
Es muy pronto para empezar a hablar de MVP de la temporada, pero, sin duda, el quarterback de los Falcons encabeza hasta ahora el pelotón de los mejores.
New England Patriots - Atlanta Falcons en directo
¿No habéis pensado nunca que os ha tocado aterrizar sobre la tierra en un momento que no era el vuestro? Sospecho que es una de las ensoñaciones típicas que hemos tenido casi todos. Nos vemos mucho mejor adaptados para haber nacido hace muchísimos años, o incluso estamos seguros de que la cigüeña se precipitó, y que no deberíamos estar todavía en este mundillo ridículo.
Es una de mis temáticas favoritas cuando sueño despierto. La otra es esa en la que durante unos días voy a ser omnipotente, con la capacidad de arreglar el mundo. Lo malo es que, cuando sueño eso, empiezo tirando de una cuerda y termino dejando el planeta como un solar. Y si por mí fuera, montaría una extinción propia de un meteorito. Justo entonces vuelvo a la realidad, avergonzado, y confirmo que, definitivamente, si tuviera un gran poder haría lo mismo que ya hacen todos los que lo tienen: jorobarlo todo.
Ese mismo efecto nos pasa cuando miramos a otras personas. Vemos a uno que tiene cara y planta del siglo XIX, y a otro con pinta de Cromagnon, tanto en el aspecto físico como en el mental (de esos hay muchos).
Siempre he pensado que Matt Ryan no ha llegado a la NFL en el momento correcto. Y cuando le veo jugar, tan elegante, erguido como un bailarín, ejecutando cada pase con la estética de una estatua griega, sin perder la compostura sea cual sea la situación y con una frialdad temeraria que propició su atinado apoyo de Matty Ice, me acuerdo inevitablemente del football de los ’90. Y creo que Ryan debió haber llegado a la NFL en la época en la que los grandes dinosaurios dominaban la tierra. Dan Marino, John Elway, Jim Kelly, Brett Favre, Steve Young, Joe Montana, Warren Moon, Randall Cunningham, Troy Aikman…
Infravalorado
De hecho, Matt Ryan me recuerda a Troy Aikman. Dos tipos de hielo llenando de elegancia la NFL y, sobre todo, nunca valorados como merecían. Aikman arrastró durante toda su carrera haber pertenecido a la que, probablemente, fue la mejor plantilla de la historia de la NFL. Un equipo ganador de tres Super Bowls en el que Emmitt Smith y Michael Irvin acaparaban los focos en ataque, y Norton, Woodson, Everett, Haley, y sobre todo Deion Sanders, nos dejaban boquiabiertos con sus acciones defensivas.
En Atlanta no ha sucedido lo mismo hasta ese nivel, pero Matt Ryan primero fue arrinconado por Tony Gonzalez, Roddy White y Michael Turner, y más tarde por Julio Jones y unos resultados decepcionantes. Pero la realidad es que, incluso en los peores momentos, Matt Ryan ha jugado un football extraordinario. Y desplegando un talento al alcance de muy pocos jugadores.
Todo eso no ha sido fácil de ver. Cuando el equipo jugaba bien, porque otros le robaban los focos; cuando el equipo era un desastre, porque simplemente a nadie le importaba. Pero la realidad es que Matty Ice casi siempre ha sido una delicatessen para el aficionado. Empezando por su año de rookie, en la que fue elegido novato ofensivo.
Os confieso que sobre todo hace dos años, y al final de la temporada pasada, empecé a temer por el futuro de Ryan. Si hasta entonces me había parecido Aikman reencarnado, con esa elegancia y puntería sobrenatural, de pronto me empezó a recordar al Bledsoe de la última época, un tipo frustrado, que estaba perdiendo la ilusión, y que aunque en cada pase daba una lección de football americano, empezaba a agacharse antes de tiempo cuando veía venir un golpe. Por suerte, esa etapa parece haber pasado a la historia.
Un arranque meteórico
Si durante ocho años ha dejado el listón muy alto, en 2016 está siendo casi sobrenatural. Sus 10.4 yardas de pase por intento superan en casi dos yardas los números del segundo mejor de la liga, Philip Rivers. Una barbaridad.
Pero no quiero centrarme en los números, que no me importan un pimiento. Ni siquiera en el ataque global de Atlanta, que está siendo maravilloso. Solo quiero animarlos a que, si no lo habíais hecho hasta ahora, aprovechéis la ocasión para descubrir a Matt Ryan, uno de los mejores quarterbacks que ha llegado a la NFL en el siglo XXI, y un tipo que quizá ya sería un mito si las circunstancias, y sobre todo la defensa de los Falcons, hubiera ayudado.
Matty Ice es un quarterback de otro tiempo. Un tipo que debió llegar a la NFL cuando los grandes dinosaurios gobernaban la tierra. Preciso en el pase, rápido en las lecturas, con uno de los mejores releases de la competición, capaz de hacer daño a cualquier distancia, de improvisar, y que incluso ha demostrado que puede sacar partido a un ataque cuando no tiene ni receptores no corredores que merezcan ese nombre.
Lo que son las cosas; Joe Flacco y Matt Ryan llegaron a la NFL en el mismo draft. Uno tiene una Super Bowl y se considera el mejor quarterback sobre la faz de la tierra. El otro apenas ha llegado a una final de conferencia y todavía no ha conseguido que la mayoría se lo tome en serio. ¡Perra vida!