Doug Baldwin recibe amenazas de muerte por sus protestas

Toda la cuestión que se ha originado con la protesta de Colin Kaepernick ha tenido un nuevo capítulo y no precisamente para bien, con la noticia de que Doug Baldwin, wide receiver estrella de los Seattle Seahawks, ha recibido amenazas de muerte por parte de un buen número de descerebrados después de una protesta que elevó el jugador y que no se caracteriza por su falta de sentido común sino por todo lo contrario, tanto por la idea como por su relación íntima con el asunto.

En una entrevista con “60 Minutes Sport” que se emitirá el próximo martes, el receptor reconoció que está recibiendo esas amenazas después de pedir que los 50 fiscales estatales revisen las políticas de entrenamiento para los miembros de la policía.

El pasado 23 de septiembre, Baldwin pidió un cambio en la aplicación de la ley para “eliminar las culturas militaristas al mismo tiempo que pone un mayor énfasis en las tácticas y las medidas para la gestión de las crisis”.

“No se trata de una acusación a los cuerpos de seguridad del Estado. Que quede claro. Sabemos que hay unos pocos, un grupo muy reducido, que no se están ajustando a la legislación y las políticas”.

“También sabemos que hay leyes y protocolos que están en vigor y que no están corrigiendo el asunto que tenemos en nuestra sociedad ahora mismo”.

Como dato curioso, hay que decir que el propio padre de Doug Baldwin es agente de policía, con lo que algo le toca, y que ese dato no le iba a callar a la hora de expresarse, cosa que no ha gustado a algunos, porque puedes estar de acuerdo o no con lo que la otra persona dice, pero otra cosa es llegar a la amenaza personal.

El wide receiver ha liderado una iniciativa llamada “Building Bridges Task Force” junto a otros miembros de los Seahawks, que se están reuniendo con miembros de los cuerpos policiales locales y políticos para promover el cambio social.

Ese primer paso que dio Kaepernick ha servido de inspiración a otros muchos y Baldwin es uno de ellos y ojalá que podamos respetar al prójimo en ese sentido, que la educación debe prevalecer por siempre y para siempre y no alguna vendetta sin sentido.